¿Qué somos?

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ANTES DE LEER

Por seguridad les recomiendo que lo lean a solas y en un lugar privado

Disfruten de la lectura👀🔥

Narras tú

–No soy fácil de enamorar– dijo y no respondí, ya que mi concentración estaba fija en ver cómo mi corrida nuevamente se escurría por su pierna.

Me incliné hacia delante para acomodarle la venda sobre sus ojos y después, con cuidado de no manchar la cama, hice que quedara recostada de espaldas.

Abrí sus piernas con algo de impaciencia y me agaché para quedar a la altura de su centro. Admiré la zona durante unos segundos y finalmente pasé mi lengua por allí, recogiendo el contenido que aún seguía cayendo por allí.

Con la ayuda de mis labios y lengua tomé lo que más pude y tomé sus manos para hacer que se sentara. Su gesto demostraba algo de confusión, pero llevé mi mano a su boca e introduje dos de mis dedos, así que entendió que debía abrirla.

Cuando lo hizo, levanté un poco su mentón y escupí el contenido de mi boca en la suya. La mayoría de este entró bien, pero una parte se escurrió por su cuello.

Con mis dedos recogí el contenido que se había escapado y lo devolví a su boca. Ella rodeó mis dedos con sus labios y comencé a moverlos lentamente, simulando penetrar su boca.

–Mmmm...– gimió  despacio y sonreí admirando la vista.

Cuando quité mis dedos me incliné para besarla y posicioné mis manos en su cuello para acariciarlo durante aquella acción. Mantuve el control del beso por el tiempo que duró y cuando este terminó, nuevamente escupí el contenido que se había pasado a mi boca en la suya.

–Trágatelo– le ordené e hizo caso de inmediato –Qué sumisa eres...– me acerqué a su oído –Me encantas– le susurré y luego mordí el lóbulo de su oreja con cuidado de no hacerle daño.

–_____...– gimió y sonreí besando la zona.

–¿Sí?– la besé de forma corta.

–Estoy muy caliente– sonreí mirando sus labios.

–¿Y qué quieres que haga?– pregunté para fastidiarla.

–No eres pendeja– reí.

–Claro que lo soy, me lo repites muy seguido– volví a besarla y sonrió.

–Pendeja...– reímos y suspiré.

–Me parece que tienes mucha...libertad– me levanté y fui hacia el maletín.

–¿Qué haces?– preguntó con curiosidad.

–Ya vas a saber– se quejó y tomé el collar. Caminé hacia ella y tomé su mentón para levantarlo y darme más acceso a su cuello –Deja tu cabeza así– obedeció y pasé el collar por detrás de su cabeza, para luego abrocharlo por delante y dejarlo en la posición correcta después.

–¿Soy tu perra?– sonreí.

–¿Lo eres?– rió y después asintió –Entonces...– tomé la correa que tenía el gancho para conectarlo al collar en su cuello –Ahora sí eres mi perra– dije sonriendo y acaricié su mejilla.

–Va va va– jalé la correa hacia mí e hice que se levantara.

–Como buena perra...ponte en cuatro– susurré sobre sus labios y asintió tocando la cama para después acomodarse.

Solté la correa para recoger otro objeto, el cual era como un látigo, pero con un mango y varias tiras de cuero de unos treinta centímetros. Después tomé un aceite corporal de mi mueble y volví a la cama.

Amuleto de la suerte - Rivers_gg y tú (__G!p)Where stories live. Discover now