30. ¿Cómo lo mejoras?

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Se aprobó la ley de préstamos estudiantiles de Lennie.

El personal organizó una fiesta para celebrar, la primera fiesta en la oficina de Clay desde que se unió a la campaña. Pero era difícil para él sentirse festivo cuando Thom estaba al acecho en la esquina con aspecto de malestar estomacal.

Clay se acercó a él, plato de papel en mano. —Oye. ¿Quieres pastel?

—¿Mmm?—Thom miró el pastel en el plato de Clay y se volvió de un tono verde aún más brillante. —Uf, no. ¿Qué es eso, pastel de supermercado?

—¡Es delicioso!—dijo Clay—. El pastel barato es el mejor, es todo pegajoso, como comer barro, pero es chocolate.

—Pasaré—dijo hoscamente.

—¿Quieres un poco de champán?

—Quizás—Él olfateó—. ¿De que tipo tenemos?

Clay entrecerró los ojos hacia la mesa plegable que se había convertido en un bar. —André, ¿creo?

—Oh, Dios—murmuró Thom, apoyando la frente contra su teléfono.

—Oye, vamos— dijo Clay, empujándolo con el hombro. —Esto es bueno, ¿verdad? ¿Lennie está feliz?

—Claro— dijo Thom, suspirando—. El proyecto de ley pasó. La cobertura de prensa fue brillante. Nuestro anuncio digital sobre el proyecto de ley está explotando en línea. Prácticamente puedo escuchar a los empleados de Warhey maldiciéndome desde Indianápolis—Clay asintió—. Los donantes están felices—continuó Thom—. Y a juzgar por el estado de ánimo de Lennie, supongo que a esta feliz.

Miró hacia abajo a sus pies, arrastrando los pies en su lugar. —Nada malo en la prensa.

—¿Nada de Kerry?—Clay preguntó en voz baja.

Tom negó con la cabeza. —Esta fue una victoria aún mayor para ella que para nosotros. Pero probablemente ha estado rechazando entrevistas, después de…

Clay tragó un gran bocado de pastel y arrojó su plato a un bote de basura cercano. —Vamos a salir de aquí.

Thom frunció el ceño. —¿Qué? son las dos de la tarde.

—Aprobaste un proyecto de ley hoy. Tómate la tarde libre.

—Clay, porfavor—dijo Thom, frotándose las sienes. Clay dio un paso más cerca de él, inclinándose un poco hacia adelante para que Thom estuviera protegido por su sombra.

—¿No crees que te mereces un descanso?— preguntó humildemente.

Thom lo miró, su rostro demacrado e insomne. Parecía completamente lastimero, sus ojos llenos de todas las palabras que no diría.

—Vamos—dijo Clay con decisión—. Conozco un lugar al que podemos ir donde podemos perder toda una tarde,y puedes sermonearme sobre algo que encuentro extremadamente aburrido mientras suena pomposo y tonto.

—Tú crees que yo deseo para sonar idiota?— preguntó Thom.

—Creo que es por eso que te levantas de la cama por la mañana—dijo Clay.

Thom lo miró fijamente, pero una sonrisa tiró de la comisura de sus labios.

☆☆

Clay llevó a Thom a una tienda de música junto a su apartamento por la que había pasado docenas de veces pero nunca había entrado antes.

Era un tipo de lugar polvoriento y desgastado, con volantes descoloridos por todas las paredes, cajas de discos en la esquina, y una pared entera de guitarras en exhibición.

Amor, Odio y ClickbaitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora