Capítulo cuatro

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Capitulo cuatro.









Liam.

Mi repentino mal humor, de pronto no le sorprende a nadie. Mucho menos a Kala que me examina con una miradita juzgadora, y aunque se esfuerce en regañarme por sea que sea lo que haya hecho, no logra atraparme al punto de sentir que merezco eso. Así que, las siguientes horas me la paso terminando de llenar unos papeles importantes que deben ser entregados la semana próxima. Tengo la fortuna, de no volver a ser interrumpido hasta las once de la noche que es cuando decido que es tiempo de volver a casa.

Kala, me esta esperando afuera con la misma mirada de hoy, busco en mis bolsillos las llaves del coche y antes de subir me detengo.

—¿Vienes o no? —Lo duda por unos minutos, pero termina encogiéndose de hombros y camina rápido para alcanzarme, también me doy cuenta de que no me ha dicho ninguna palabra desde hoy. Pero con sus gestos, ni siquiera es necesario que abra la boca para que entienda lo que está pensando.

—¿Cuál es exactamente tu problema con esa chica? Quería ver un poco de acción. —Pongo los ojos en blanco, que ahora Clara sea el tema principal de conversación no me estaría gustando en lo absoluto. A su vez, soy consciente de que ni siquiera será la última vez.

—A mi parecer es algo que esta a la vista de todos, su imprudencia me saca de quicio. Escucharla hablar mal de mi con el idiota de Troy no me gusto en lo absoluto. —Aprieto mi mandíbula y miro hacia el frente, procurando de no distraerme del camino.

—¿Te molesta que hable de ti, o que hable con Troy? Porque han salido unas fotazas, son una bomba juntos. Mi bisexualidad en su máxima expresión.

Ahora soy yo el que la mira ofendido, pero ella ni se da cuenta de esto porque va mirando los otros autos de la carretera. Igualmente, una parte de mi sabe que lo dice en serio y no solamente para molestarme.

—Pensé que no te gustaba Troy.

—El hecho de que nunca se fijara en mi es uno de los motivos por el cual lo odio. —Dice, esbozando una pequeña sonrisa. —Es guapo, Liam. Esta buenísimo, Clara también esta buenísima y juntos...Hormonas, santas hor... ¡Cuidado con el volante!

Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba apretando el volante con tanta fuerza que entonces, parecía que podía arrancarlo de solo un tirón. Los ojos de Kala se abrieron de par en par, y fijé mi mirada en mis manos apretadas, fue en una cuestión de segundos que me insistí a mí mismo de que eso no estaba bien, y que debía calmarme. Entonces, así lo hice.

Relamí mis labios, aunque estaba mas molesto en realidad. No había motivo alguno para que reaccionara de esa manera, esos tipos de sentimientos no estaban bien y mi madre me había dado sermones larguísimos al respecto. La fuerza y el enojo eran una mala combinación, pero todavía no podía llegar al causante de que aquellos sentimientos hayan despertado. Era absurdo, a esta altura la mayoría de las cosas me parecían bastante absurdas. Me sentí mal, por casi poner en riesgo a Kala, aunque era obvio que no había posibilidades de que mi fuerza logré arrancar el volante del coche.

Hace un tiempo, había llegado a la conclusión de que son nuestras fuerzas emocionales quien condicionan nuestro actuar físico. Como una vez, que un hombre estaba gritándole a mi madre y termine partiendo un bolígrafo por la mitad, cuando ni siquiera estaba haciendo fuerza. Aquellos sentimientos, no eran mi mayor orgullo. Me molestaban, pero debía admitir que ni siquiera en esos momentos era capaz de lastimar a alguien, la única persona que corría riesgo de mí era yo mismo.

Love, The Fake Love. ②Donde viven las historias. Descúbrelo ahora