Love, The Fake Love. ②

doce

 

12

—¿Puedes quedarte quieta, por favor?

Intento hacer lo mejor que puedo, pero mi paciencia está llegando al límite, Clara parece una niña pequeña y la verdad no tengo toda la paciencia del mundo con los niños. Todo abre, todo toca, todo pregunta. Inclusive, cambia de radio un par de veces porque no hay canción que la conforme.

—Tendría que haberte dejado con tu madre. —Murmuro entre dientes, ella me sonríe y apoya la cabeza contra su asiento. —¿Por qué estas tan...Asquerosamente borracha? Y además ¿Por qué estabas sola?

—No estaba sola, Scott se quedo conmigo todo el tiempo. —Dijo, y una parte de mi quiso poner los ojos en blanco, pero tuve que aguantarme. —Me trajo hasta aquí, y bueno yo tenía planeado volver con mi madre.

—Estas actuando como una niña ¿Lo sabes?

—No eres nadie para juzgarme de esa forma, Liam. Es más, si tanto te molesta creo que ya es momento de que me baje. Y Dios, Dios ¿Por qué me subí a tu automóvil, en qué momento acepté esto? No lo recuerdo, pero voy a volver caminando. —Intenta abrir la puerta, pero es inútil porque siempre tengo puesto el seguro. En realidad, ya es parte del sistema de seguridad del auto. Reprimo una sonrisa y miro hacia al frente.

—Será mejor que dejes de moverte.

Baja la ventana y me sonríe con soberbia, como si hubiese descubierto un gran tuco. Frunzo un poco el ceño ¿En qué estupidez estará pensando? Me adelanto, y freno el auto al costado en una maniobra arriesgada, cuando ella comienza a sacar su cabeza por la ventana, la sostengo de la cintura.

—En serio, perdiste la cabeza. —Subo el vidrio y me aseguro de trabarlo, Clara se cruza de brazos, frunce sus labios, y comienza a hacer berrinches. Le sonrió, porque la escena me divierte bastanteaste y se puede dar cuenta de eso.

—¿Qué te divierte tanto?

—Tu actitud, puedo grabarte ahora y usarlo para burlarme de ti luego.

—Hazlo, no sería la primera vez que te burlas de mí. —Y su tono serio corta toda diversión del ambiente, cierro los ojos por un segundo. El tono de su voz, suena más apagado que de costumbre.

—Nunca me he burlado de ti, y lo sabes.

Me sonríe, pero no es para nada sincero. Para mi fortuna, se vuelve a acomodar al auto, Ahora ella es quien cierra los ojos, pero los mantiene así por un rato largo, hasta que arranco el auto.

—No puedo ir a mi casa en este estado, seria patético. Sobre todo, porque tengo hermanas menores, mejor llévame con Cassie.

—No, iremos a mi departamento y mañana temprano cuando estes completamente fresca podrás hacer lo que tú quieras.

No se niega, se mantiene seria. Se que no he llegado a conocerla demasiado, pero puedo estar seguro cuando pienso que ya no es la misma de antes. Hay algo, como más ausencia. Y me temo que le ha pasado lo que suponía, lo que a todos nos pasa alguna vez. Pero no lo dice, no lo comparte con nadie. Se esta quebrando por dentro, y tenia que pararlo antes de que continue.

—¿Estuviste en Alemania los últimos años? —Su pregunta me tomo de sorpresa, pero me alegraba que haya decidido dirigirme la palabra.

—Si...