capitulo trece

32.3K 2.6K 68
                                    


13


Clara

No quiero saber que esta ocurriendo en este momento.

Es decir, no soy idiota por supuesto que una parte de mi continua consiente, pero el sueño mezclado con el alcohol que he consumido durante la noche digamos que no son la mejor combinación. No voy a admitir que estoy un poquito nerviosa por estar en casa del bobo de Liam, pero a su vez agradezco que haya tomado cartas en el asunto salvándome el culo de un gran problema. Pero no sé la verdad tengo muchísimo sueño, el frio y yo no somos los mejores amigos del mundo.

No sé exactamente qué hora es, cuando me sobresalta el sonido del timbre de la casa de Liam, el antes de ir a abrir la puerta viene a la habitación, lo normal.

—¿Estas bien? ¿Llamaste a alguien?

—Si, y no.

—Que extraño, no sueño recibir visitas a esta hora.

Está un poco desorientado, suspira y camina hacia afuera. Cuando se va, me es inevitablemente controlable la acción de levantarme para espiar detrás de la puerta.

—¿Evangeline?

Ay, Dios.

La novia falsa de Liam vino a visitarlo, y si me ve aquí se armará un enorme mal entendido, tendremos que dar muchas explicaciones y eso esta demasiado alejado de lo que quiero hacer el próximo día o cualquier otro.

Me muerdo los labios, y con cuidado vuelvo hacia la cama, bueno tengo que pensar en un plan increíble de escape, la ventana seria lo más lógico. Pero, esta en un segundo piso ¿Y si ser doble de riesgo sale mal? Me distraigo cuando vuelvo a escuchar voces del otro lado del pasillo.

—Lamento interrumpir así a esta hora, la verdad no tengo otro lugar a donde ir. Pensé que quizás, sería bueno pedir ayuda a alguien amigable.

A estas alturas, que este con la oreja pegada en la puerta no es ninguna sorpresa. Y lo sé, es lo menos maduro de mi parte tener este tipo de reacciones es decir...Estoy invadiendo el espacio personal de ambos, pero en mi defensa, las paredes son demasiado delgadas.

—¿Ha ocurrido algo malo?

Liam parece preocupado, algo se remueve adentro mío. Espero, no sea nada...malo...

—Si, bueno. El día en general estuvo fatal ¿Tienes algo de beber?

—Si, pero no tengo sed. —Me tengo que morder los labios para no estallar en carcajadas ¿Siempre fue así de lento? —Ah, ah ya lo entiendo. Dame un segundo.

Por las dudas, vuelvo a sentarme en la cama e intento convencerme de que no es la situación más incomoda que he vivido en mi vida. Espero a que Liam pase por la puerta como la primera vez, pero no lo hace.

—Muchas gracias, eres divino. —Hago una mueca al escuchar esa palabra, y me abrigo con la frazada que reposa sobre la cama desordenada. —No hemos podido pasar tanto tiempo juntos, quizás sea el momento de conocernos mejor.

Bueno creo que ya se lo que quiere, y eso hace que me incomode todavía más. Subo los pies a la cama y abrazo mis rodillas mientras internamente ruego que no pase eso que estoy pensando.

—No creo que sea estrictamente necesario ¿Sabes?

—Me encanta que seas profesional, se nota que eres un hombre muy serio.

Que lindo el piso ¿Siempre ha sido de ese color? ¿Y que me dicen del techo? Parece resistente, ni el lobo de los tres cerditos podía tirarlo abajo. Bien por el constructor.

—Gracias.

Silencio profundo, un ruido como de... ¿De...Acaso...? Ay Dios, esta pasando. Mi estomago vuelve a protestar, me acerco a la ventana porque no quiero escuchar nada peor ¿Tanto costaba tener un árbol medianamente cerca? Dios, esto es catastrófico.

—Creo que no hay necesidad de confundir las cosas.

¿Qué momento más incomodo he vivido? A ver, déjenme pensar... ¿Mi primer beso? No, no hace falta hablar de besos ahora, imágenes mentales innecesarias. Entonces... ¿Cuándo actúe de ratón en la obra de teatro escolar? Ah, eso si fue bajo, muy bajo.

—Dios, lo siento. No sé porque lo hice, no debí besarte sin permiso, no debí besarte... Además, yo...Ni siquiera...Mierda, discúlpame ha sido una idea pésima. A mí ni siquiera...No, no importa, debo irme.

Entonces ocurre lo que tenia que ocurrir desde un momento.

****

Liam

Ante el ruido desagradable, Evangeline hace una mueca de confusión. Y también de asco, porque esta chica es lo más difícil que he tenido que afrontar los últimos días. Aun así, creo que a estas alturas poco me importan los problemas que pueda llegar a tener el día de mañana, salgo disparando hacia la habitación donde he dejado a Clara y compruebo que finalmente ha vomitado.

Pongo mis ojos en blanco, pero me acerco hacia ella para alejarla de la escena asquerosa, y sigo comprobando que este bien, fuera de riesgo. Media dormida abre los ojos, tiene las mejillas completamente rojas y eso solo lo compruebo cuando aparto unos mechones de cabello de su rostro.

—Ratón.

¿Me esta llamando ratón? ¡No he hecho nada malo! Entre cierro los ojos, en el instante que se queda dormida en mis brazos como si nada. Como si no tuviéramos un enorme problema, me sobresalto cuando otra voz femenina interrumpe en el lugar.

—¿Está bien? —Asiento ante Evangeline algo nervioso, intrigado por todo lo que pudiera ocurrir a continuación. Ella se acerca, y la observa. —Pobre, se ve fatal ¿Qué ocurrió?

—Llego así, bueno no llego así aquí sino a la empresa así que la traje a mi casa para que descanse un poco o tendría problemas con su madre.

—Esta bien, pero hay que ayudarla. —No dije nada, me encargue de limpiar el piso mientras ella busco algo en su bolso. —Pastillas contra la resaca es todo lo que tengo.

—Nos servirá al próximo día, le vendrá bien. —Suspiro, asiento aceptando la ayuda. —Se verían muy bien juntos ¿Sabes?

Su comentario me tomo de sorpresa, no era ni de lejos lo que esperaba.

—¿Qué? ¿Nosotros? Es imposible, nos matamos la mayoría del tiempo. Nada bueno podría salir de ahí.

Evangeline sonrió sin decir nada más por unos segundos.

—Te debo una disculpa por todo esto, creo que no lo mereces.

—Liam, no tienes que disculparte conmigo. Al contrario...Yo debo disculparme por actuar de manera impulsiva es que es...Complicado.

—¿Qué específicamente?

—Todo, ahora digamos que...Solamente estoy tratando de encontrar una forma de acomodar mi vida, porque ya soy adulta pero mi contexto...No sé, estoy limitada a decir ciertas cosas.

Se notaba de lejos que Evangeline era una buena persona, y yo cagandola como siempre. La miré con el ceño fruncido, a esta altura del partido había dejado de entender la mayoría de las cosas.

—¿Cómo por ejemplo?

Paso número uno.

—Es que ni siquiera me gustan los varones, Liam.

Love, The Fake Love. ②Donde viven las historias. Descúbrelo ahora