Día de niños.

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Como siempre, empezamos en lo que sería la ciudad de Nueva York, yendo directo a una casa en especial, la residencia Parker, un hogar que albergaba no solo al héroe que sería el más grande de todos, sino incluso a las futuras promesas que le seguirían.

Siendo que el día de hoy nos concentraremos en alguien en especial, siendo que en una habitación donde se lograba ver una cama con forma de auto deportivo, sábanas azules y grandes almohadas, podíamos ver a un niño rubio que dormía plácidamente, o al menos así fue hasta que sintió como empezaban a jalar su cabello.

- ¡¡Auch!!, ¿¡Quien car-....¿Val?, ¿Leah?, ¿Que paso?

Preguntaba el blondo al ver qué frente a el estaban sus hermanas, a lo cual se empezaría a tallar los ojos para luego bostezar.

- ¡Mamá dijo que te levantes y bajes a desayunar!

Gritaba la blonda quién tan solo salió corriendo al notar las intenciones de su hermano, siendo seguida por Leah quién se disculpó antes de salir, nuevamente Franklin Parker, si, ya era oficial, estaba bajando las escaleras para finalmente bajar al comedor, encontrando a su padre junto a sus...¿Madres?, Seguía siendo un poco confuso para el, pero si habían más madres significaba más regalos, ¿No?....lástima que no pensó en los regaños.

- Buenos días.

- Buenos días Campeón, ¿Dormiste bien?

Preguntaba el arácnido al ver cómo el niño se sentaba a su lado, notandose como tenía aún el cabello alborotado.

- No lo suficiente papá...

- Bueno, espero que tengas hambre ya que hoy cocina tu madre.

- Genial....

Murmuraba el blondo por lo bajo al no querer mostrar su emoción a sus hermanas las cuales habían llegado al comedor acompañadas de Susan quien había empezado a servir el desayuno, hasta llegar a dónde los dos hombres de la casa, terminando por besar al castaño en la mejilla y en la frente al blondo.

- ¿Cómo están mis hombres fuertes?

- Buenos días Sue.

- ¡Mama!, No hagas eso tan de la nada..

Saludaban padre e hijo notandose la discordia entre las reacciones de ambos, siendo una sonrisa alegre por parte del mayor mientras que una queja del menor, aún así a ambos les había gustado.

- ¡No es justo mamá!, Dijiste que Franklin no tendría un beso por levantarse tarde.

- Val, no vayas a pelear con tu hermano.

- ¡Pero papi!

- Tu padre tiene razón hija, además a ti te di dos y a el solo uno, míralo como su castigo.

Explicaba la blonda mayor notandose como lo que decía funcionaba con la niña quien sonreía como si hubiera ganado el premio Nobel....ella estaba destinada a ser una de las mentes más brillantes...pero como cualquier niña se le podía convencer muy fácilmente, por ahora.

Aún así tan solo era una mañana más en la casa Parker, dónde las niñas hablaban con sus madres y el rubio con su padre, como siempre había un ambiente familiar entre todos, incluso para Felicia quién disfrutaba hacer trucos de magia con una moneda de oro, siendo que era lo mismo que hacia su padre cuando ella era pequeña.

Y así transcurrió la mañana, Peter, Susan y Rio se habían ido al tener una junta importante sobre las prótesis, por otro lado Wanda había tenido que salir para comprar unas cosas para la comida ya que iba a ser su turno de cocinar.

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