Junta heroica

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Había días buenos, días malos, incluso días regulares, pero en la vida de Peter Parker, los días malos abundaban sin fin.

Y aunque en estos tiempos ahora todo iba de mejor a increíble, hoy ciertamente era un día malo tanto como Peter Parker como Spiderman, ya que usando ahora mismo su traje, se encontraba sentado frente a los "héroes más poderosos de la tierra" quienes en su mayoría no le daban muy buenas miradas.
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Era una buena mañana, una brisa hogareña seguida de la brisa natural de los árboles alrededor de la mansión....aún se sentía raro decir mansión y no casa, pero ya se habían acabado esos momentos donde tenía que luchar el día a día y aunque no solía sufrir demasiado por el dinero, al menos tenía para alimentarse medianamente bien, pero ya no más.

Sus hijos gozaban de buenos lujos, no de forma exorbitante, quería que fueran humildes, sabía que lo serían, sus chicas eran otro tema ya que incluso con Rio siempre le daba flores, con Susan solían ir a restaurantes del agrado de la blonda, Felicia, ella era más de su estilo aunque si solía gastar más en regalos con ella que con los demás, pero no le molestaba.

Y finalmente Wanda, para ella era simplemente relajante, había conseguido incluso construirle su propio invernadero al lado de la casa, los niños adoraron dicho lugar, empezando a compartir estos con la bruja quien estaba más que feliz de enseñarle una de sus pasiones a sus pequeños.

Pero mientras rememoraba, la hora del desayuno había llegado, estando el día de hoy completamente solo, no le molestaba, ya que las chicas menos Felicia se fueron de viaje con la tía May, y ahí otro gran dato, su tía May ahora estaba llena de lujos sin fin, aunque el compartió la idea de que su amada tía no abandonará esa casa que durante tantos años guardo las vivencias junto al tío Ben, al menos no le evitaba darle viajes a varios lugares, la bella mujer se negaba al principio, pero al hablar seriamente con ella pudo convencerla.

Aún así, mientras terminaba su desayuno, el sonido de un timbre empezaría a sonar por lo cual sacaría su teléfono al estar recibiendo una llamada.

— ¿Si, bueno?

— ¿Peter?

— Oh, hey Anna, ¿Que tal tus vacaciones?

— Todo bien Peter, pronto me darán de alta.

— Me alegra saberlo Anna, prometo ir por ti y recibirte como te lo mereces.

— Tranquilo Parker, solo me rompí la pierna, no vencí el cáncer.

— En algún futuro, probablemente eso sea más común de lo que crees Anna.

— Esa....es una idea muy buena Peter

Respondía la mujer quien no pudo evitar conmoverse por las palabras del castaño, era un tonto la mayor parte del tiempo pero jamás negaría que tenía sus momentos así.

— Lo se, mejórate pronto Anna, el laboratorio no es lo mismo si no tengo a mi compañera.

— Ja, obvio que es así, sin mi estarías perdido Parker, salúdame a los niños, ya debo irme, pronto llegará la comida y por suerte es buena.

— Provecho Anna, tal vez te llame más tarde, cuídate.

Y así terminaría la llamada, acabando con una pequeña sonrisa mientras limpiaba todo para dejar en perfecto estado el comedor y la cocina, procurando tener todo bien cerrado para finalmente salir de casa para subir al auto y dirigirse a su empresa.

Una motivación extra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora