Quemacocos

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— Muy bien, muy bien, ¡Todos quiten a los civiles de aquí y hagan un perímetro a la redonda, que nadie entre a la escena del crimen!

Exclamaba una mujer de ascendencia asiática quien mandaba a unos cuantos policías los cuales se separaban para acatar las órdenes hasta que finalmente se volteaba al sentir como alguien caía del cielo.

— Bien Yuri, ¿Que tenemos está noche?

Preguntaba el infame Spiderman quien tan solo miraba la expresión agria de la mujer.

— Nada bueno araña...ciertamente nada bueno...

Murmuraba a la vez que le hacía una señal para que le siguiera, empezando a caminar los dos dentro de la escena del crimen, siendo una fábrica abandonada a lo cual mientras empezaban a adentrarse, el arácnido observaba todo lo que había ahí, desde algunos sistemas trucados para obtener electricidad, algunos equipos algo avanzados para un simple criminal.
Pero reconociendo la mano de obra dudaba que fuera él, ya que de ser así no habrían tenido a tantos oficiales trabajando tan noche, aún así para cuando llegaron a la "atracción principal", encontrarían el cuerpo del delito, un hombre de mediana edad, o al menos eso suponía.

— Su nombre era Javier Krueger, ayudante general para una empresa de informática, divorciado dos veces con un hijo, tenía varias amonestaciones y algunas multas por manejar borracho junto con una orden de alejamiento de su primer ex esposa, no sé tú araña, pero esto me parece demasiado como para ser de una ex molesta.

Y es que como no pensarlo, después de todo el pobre bastardo estaba sentado en una silla, como si fuera la eléctrica, y literalmente lo era, contando con un casco metálico o podría decirse electrónico, ya que habían varios nodos neuronales que se terminaron fundiendo en la piel chamuscada por la electricidad.

— Esto no pudo hacerlo hecho Mysterio Yuri....

— Pues...todas estas máquinas y las pruebas que hay, llevan su nombre por doquier, no me importa lo que pienses Spiderman, pero los de arriba está vez están muy preocupados, es la séptima persona este mes que muere de la misma manera, si esa maldita pecera roba bancos ahora se volvió un asesino serial, no me quedaré sin hacer nada esperando una respuesta.

Declaraba la mujer quien tan solo pegó al pecho del héroe todos los documentos sobre los últimos asesinatos, quedando con un mal sabor de boca por parte del trepamuros quién tan solo le dio una última vista al cadáver para tan solo negar con la cabeza y empezar a salir del lugar, pegando un potente salto mientras disparaba su telaraña para balancearse hasta quedar arriba de un edificio, a lo cual habría presionado el intercomunicador que estaba integrado en su máscara para llamar a casa, siendo la llamada contestada por una cansada Felicia la cual se escuchaba fatigada.

— ¿Peter?

— Felicia, ¿Todo bien?

— Si, si Peter, es solo que acabo de llegar de la empresa, los niños ya están dormidos y las chicas están viendo una película en la sala.

— Ya veo....tan solo llamaba para avisar que hoy no volveré a casa, pasó algo grave y termine recibiendo un ultimátum de Yuri por lo que es algo serio.

— ¿Estarás bien solo Peter?

Preguntaba algo preocupada a lo cual se le notaba con la energía de regreso al escuchar lo dicho por su pareja.

— Lo estaré Felicia, por ahora solo investigaré un poco, de cualquier forma, dile a las chicas que posiblemente termine durmiendo en mi oficina.

— Está bien....solo ten cuidado.

— Lo tendré, te lo prometo.

— Y Peter...

— ¿Si?

Una motivación extra Where stories live. Discover now