𝔈𝔩 𝔧𝔬𝔳𝔢𝔫 𝔍𝔥𝔬𝔫𝔞𝔠𝔲𝔩𝔞

566 73 67
                                    



— ¡Mavis! —, exclamó sonriente y entusiasmado después de abrir la puerta y elevar los brazos, esperando recibir un abrazo. Pero encontró a su hija con una postura y rostro enojado e impaciente, estaba furiosa y preocupada.

— Pensé dejarlo pasar, pero cambié de opinión —, comentó haciendo una mueca de molestia.

— ¿Dejarlo pasar? —, preguntó bajando los brazos y sonriendo nerviosamente, — ¿De qué hablas? —.

— No soy tonta, sé que traes algo entre manos, ¿Qué demonios te sucede? —, lo encaró furiosa.

Drácula elevó una ceja, su mirada se tornó seria al tomar una postura recta. Mavis abrió los ojos con sorpresa y bajó los brazos, su padre se había enojado, pues ella nunca le hablaba de esa manera tan grosera.

— No le hables de esa manera a tu padre —, la reprendió con severidad, observándola con cierto rechazo.

Drácula era un padre amoroso y cariñoso, pero cuando Mavis cruzaba el límite o era irrespetuosa cambiaba su carácter al reprender, algo tenía claro, y era que ella tenía que respetar a sus mayores, más a su padre.

Jamás la había golpeado, solamente era suficiente con algunas frases y una mirada furiosa, pues no solo causaba temor en los humanos y monstruos, también a su hija, ella no estaba acostumbrada a que fuese rudo con ella, aquello era suficiente para hacerla sentir arrepentida..

Mavis bajó la mirada, cambiando su expresión a uno penoso pero aún confundido.

— Discúlpame padre... Pero estoy preocupada por ti —, dijo con algo de melancolía, — Nunca me mientes —

Drácula la observó con tristeza, le conmovió su preocupación, sabía que se debía a él, realmente no quería mentirle... Pero tenía sus razones para proteger a este humano, el cual observó de reojo sobre su hombro.

Este se escondía a un costado de la cama, apenas se lograba ver la mitad de su rostro superior, asomándose para ver lo que sucedía.

Al percatarse de que Drácula lo estaba viendo, rápidamente bajo toda la cabeza al intentar esconderse. Una sonrisa se dibujó en su rostro, la cual no pasó desapercibido por Mavis, arqueo una ceja e inclinó su cabeza para intentar averiguar a que se debía aquel cambio de actitud.

— Tienes razón, tal vez he escondido un par de cosas, te lo presentaré como es debido —, comentó Drácula al comenzar hacia Johnny.

-- ¿Presentarme? --, preguntó con confusión.

El humano se sobresaltó al escuchar los pasos venir hacia él, se intentó mantener escondido en pose fetal cuando de repente soltó un pequeño alarido de sorpresa al sentir como su cuerpo era elevado del suelo.

Drácula lo tomó de su saco y lo levantó sin ningún esfuerzo al llegar a él. Rápidamente, el humano se llevó ambas manos a su entrepierna con gran timidez, pues aún no se calmaba.

Abrió mucho los ojos y se paralizó al ver a aquella chica ante él, una gran vergüenza se apoderó de él mientras que Drácula sonreía ampliamente.

— Él es el vizconde Johnacula, un vampiro como nosotros —, presumió con orgullo mientras sujetaba al otro y lo señalaba con su otra mano.

Mavis sonrió emocionada, era la primera vez que veía a un vampiro como ella, uno que no fuese su padre o abuelo, se sentía realmente feliz, era una ocasión única en su vida, un vampiro que no era de su familia.

— ¿¡De verdad!?, ¿Por qué vizconde? —, preguntó curiosa, sus dudas de hace un momento se esfumaron, ahora se habían sustituido por otras preguntas..

Entre Lujuria y SangreWhere stories live. Discover now