Entre Lujuria y Sangre

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— Drac... Tu evento está a punto de comenzar —, susurró Jonathan al elevar el rostro y observar a Drácula.

— Oh... Es verdad —, comentó al apartar la mirada y aspirar con la nariz, tratando de remover su mucosidad.

Jonathan lo observó sorprendido, entonces dejó escapar una cálida sonrisa al notar aquellos cristalinos ojos.

— Drac... —, susurró su nombre al intentar tocar aquel frío rostro con una mano, — ¡Ah! —, dejó escapar un jadeo de sorpresa cuando Drácula se levantó con él en brazos.

— No tenemos tiempo para estar en cama... Creo que deberíamos concentrarnos en limpiarnos de toda esta mugre antes de bajar —, comentó con Jonathan en brazos.

Él se aferró a su cuello cuando comenzó a dirigirse al baño. Al entrar, Drácula preparó la bañera con agua tibia.

— ¿Te gusta tibia? —

— ¿¡Nos bañaremos juntos?! —, preguntó nervioso y ruborizado.

— Tranquilo, ya hemos visto antes nuestros cuerpos desnudos, además... No te tocaré —, respondió con una voz agotada.

Entonces Jonathan arqueó una ceja... ¿Por qué se comportaba de una manera tan fría?.

Le quitó su bóxer con lentitud, la sensación de los dedos de Drácula acariciando su piel lo agitó.

Cuando lo metió a la bañera, Drácula comenzó a desvestirse, su ropa sucia y con sangre fue arrojada al suelo. Jonathan tragó saliva al hundir la mitad de su rostro en el agua mientras lo observaba atento.

Se metió al otro extremo de la bañera y se sentó frente a Jonathan en silencio.

El pelirrojo lo observó con el ceño fruncido y haciendo una mueca de molestia, le molestaba el hecho de que lo ignorara a pesar de lo que había sucedido hace poco.

Decidido, se hundió en el agua, entonces llamó la atención de Drácula al verlo con curiosidad, pues comenzó a nadar hacia él.

La bañera era algo larga y grande debido a que estaba hecha para monstruos, pero no tardó en llegar a sus pies y salir del agua, sacando su cabeza y torso, dió un pequeño salto y se sentó en el regazo del confundido vampiro.

— ¿Qué estás haciendo? —, preguntó con cierta molestia.

— ¿Por qué me ignoras? —, preguntó con una amplia sonrisa divertida, — Ahora si que pareces un abuelo cascarrabias, ¿Acaso también usas una dentadura? —

— ¿¡De qué hablas!? —

— Estoy muy asustado Drac... Quiero estar contigo y tú me alejas —