𝔓𝔯𝔬𝔪𝔢𝔰𝔞

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Este capítulo contiene escenas eróticas y sangre.

<3





Había pasado una semana y finalmente era el día de su boda, el hotel y sus huéspedes se preparaban para ello.

La felicidad y emoción se impregnaba en las paredes y en el aire, el conde y amo de la noche se casaría después de tanto tiempo.

Era una ocasión memorable.

Aún así, el único que no estaba del todo feliz era Jonathan.

Ya listo para bajar, revisaba su teléfono celular con tristeza mientras permanecía sentado en una de las orillas de la cama de la habitación.

Suspiró al releer los últimos mensajes con su madre.

Ella canceló la boda con ellos sin dar ninguna explicación, incluso parecía estar furiosa con él a pesar de haber estado feliz por su nieto hace poco.

Nadie de su familia contestaba las llamadas, ni siquiera su padre.

Solo tenía el mensaje de uno de sus hermanos que le daba la pista de saber que estaban muy enojados.

"Deja de insistir, no queremos saber nada de ti y de tu asesino"

¿De qué demonios hablaba?, Pensó. Nunca les contó a sus padres sobre la parte sanguinaria de los monstruos del hotel, no comprendía el porqué de palabras tan crueles.

El rechinar de la puerta lo hizo salir de sus pensamientos y de su tristeza.

— Ya te estamos esperando, es hora —, le señaló Mavis, la cual entró con Dimitri en brazos.

Jonathan se levantó ya con una amplia y ansiosa sonrisa en el rostro, caminó hacia ella y acarició la mejilla derecha de su bebé, el cual extendió sus brazos hacia el.

— Hola renacuajo... —, entonces lo tomo en brazos con delicadeza, — Volverás con tu hermana antes de entrar al altar —

Mavis dejó escapar una suave risa, entonces comenzó a seguir a Jonathan debido a que este salió de la habitación.

No quedaba nadie en los pasillos e incluso en el mismo Lobby, todos estaban en el gran salón de eventos.

Ya no había cabida para los malos pensamientos, solo se sentía extremadamente nervioso pero también feliz. Sintió cómo su cuerpo temblaba por la ansiedad al llegar a la gran puerta, dejando escapar un gran suspiro.

Mavis, sin decir nada más se acercó a él y sostuvo a Dimitri, el cual balbuceaba mientras chupaba su propia mano derecha.

— ¿Estás listo? —, preguntó Wynne, el cual los esperaba junto a la puerta con una gran sonrisa.

— Más que listo —, dijo decidido.

Extendió una mano buscando el brazo de Wynne, se entrelazó con él y ambos se colocaron de frente contra la puerta.

Su padre no estaba allí, así que tuvo que elegir entre los monstruos más cercanos para decidir quién lo entregaría.

Eligió al lobo porque era el más cercano a la familia y al mismo Drácula.

Tragó saliva al ver cómo la puerta se abría con lentitud, mostrando a un gran público que se dividía en dos y frente a él una alfombra roja que lo llevaba al altar, dónde Drácula lo esperaba.

Entre Lujuria y SangreWhere stories live. Discover now