𝔇𝔦𝔪𝔦𝔱𝔯𝔦

344 40 44
                                    



Después de aquel incidente, pasaron los meses cuando Jonathan cumplió ocho meses de gestación.

Su vientre era enorme, su cuerpo se había encogido debido a la misma, aunque solo era una ilusión debido a su barriga.

Él siempre fue delgado y de poco músculo, era por ello que solo parecía una pelota con piernas.


Pedía cada vez menos sangre de Drácula, parecía que su cuerpo comenzaba a dejar de exigirle el consumo de la misma, pero aún así le pedía un poco por cierta necesidad que surgía de repente, no sabía que para él era muy necesaria, pero su pareja se encargaba de echar un poco en sus bebidas y comida..

Parecía haber vuelto a la normalidad, ya no hubo intentos de caza debido a los intensos cuidados de Drácula.

Por supuesto, de vez en cuando presentaba cambios de humor. Drácula intentaba mantenerlo bajo control para no irritarlo y que esto lo lastimara a él y al bebé.

Paseaba por el hotel la mayoría del tiempo, se había vuelto el consentido de todos los monstruos, pues era adorable verlo con ese gran estómago y la forma en la que su amado siempre estaba a su alrededor.


Algunos hasta llegaban con regalos para él, esto no solamente era por el bebé. Drácula había hecho un anuncio para oficiar su compromiso, aquello también se celebraba.

Cuando él estaba junto a él, parecía lucir feliz y orgulloso de la familia que comenzaba a formar con él.

Ambos estaban muy orgullosos al igual que todos quienes le rodeaban.

Estaban aumentando su familia a pesar de que aún no estaban casados, se amaban y un papel no haría que se amaran menos.

Pero había algo que aún inquietaba a Jonathan.

Le comenzó a pesar estar lejos de su familia humana, antes eso no le preocupaba, ni siquiera cuando era humano, tal vez se trataba de algo hormonal, decía él.

Pero era imposible traerlos al hotel porque los monstruos los asesinarían sin piedad... Y él no podía ir a ellos porque haría lo mismo si tenía algún arranque de caza.

Por lo menos tenía a algunas criaturas que siempre intentaban cuidarlo y acercarse a él.

Los amigos de Drácula; que de alguna manera también formaban parte de la familia, y Mavis. Se volvieron parte de su familia.

Se había vuelto un amigo muy cercano de Mavis, aún no era una relación paternal como Drácula quería, pero eran muy cercanos al otro.

Se fortaleció cuando Jonathan apenas podía caminar, pues sus piernas no estaban hechas para cargar un bebé en su vientre.

Además, era con quién charlaba o se quedaba cuando Drácula se ocupaba en algún asunto del hotel. Desde el incidente con su padre, él ya no permitía que se quedara solo, si no, entraba en una gran cólera que era muy difícil de controlar.

Entre ellos comenzó a nacer un ambiente familiar y amoroso que hacía que de vez en cuando se sentarán a charlar por alguna situación personal.

Entre los tres comenzaron a pensar en el nombre del bebé, aún no sabían si sería niño o niña, pues nunca fue llevado a realizarse algún examen o radiografía.

Drácula aún le tenía odio y temor a los humanos. Y jamás se atrevería a dejar a su amado en un lugar cubierto de ellos.

Fue un difícil debate, pues, en algunos momentos no sabían qué nombre mencionar y en otros discutían por el nombre que cada uno de ellos pensaba que era el mejor.

Entre Lujuria y SangreWhere stories live. Discover now