CAPÍTULO 5

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POV Ana

<Flashback>
Alberto era mi hermano de vida, así que claro que tenía una habitación para mí en su casa.
Tomé de la mano a Verónica y me dirigí hacia el segundo piso, pero antes de subir me detuve y volteé a mirar a Verónica, porque yo no estaba segura de empezar algo con ella de esta forma. Ella vio la duda en mi y se acercó posando suavemente su mano en mi mejilla.

-Ana, no lo dudes más. Llevo esperando este momento desde que te ví por primera vez-

Me acerqué y besé dulcemente sus labios. Seguí con mi camino y cuando llegamos a la puerta de mi habitación y la volví a mirar.

-¿Estas segura?- Pregunté.
-Nunca estuve tan segura de algo, como lo estoy en este momento-

Nos miramos intensamente, hasta que me acerqué para besar ferozmente sus labios, entonces abrí la puerta y entramos sin dejar de besarnos, la cerré con seguro para evitar interrupciones. Una vez allí, ella rodeó mi cuello con sus brazos y yo bajé mis manos hasta sus muslos para poder alzarla y que ella enredara sus piernas en mis caderas, estando así me dirigí a la cama y nos acosté, quedando yo encima de ella. Solté sus labios para empezar a descender con besos por su mentón, luego pase a su cuello donde la marqué como sello de esta inolvidable noche, luego pasé a su clavícula para posteriormente sacar por el escote de su vestido sus pechos, me alejé unos segundos para grabar esta imagen en mi mente, sus senos eran tan grandes y redondos, hipnotizada por semejante perfección llevé mis manos hasta ellos donde los apreté y ella jadeó suavemente, lo que hizo que me inclinara lentamente hasta ellos, y pase la punta de mi lengua por su pezón hasta que este se endureció y Verónica no dejaba de gemir, luego empecé a succionar todo lo que cupiera de su pecho en mi boca, tratando de dejar mi huella en ella.
Cuando iba a pasar a su otro seno, el teléfono de ella sonó, nos detuvimos y ella contestó su teléfono.

-¿Bueno?- respondió Verónica, y yo no pude aguantarme más las ganas así que metí su otro seno a mi boca y lo succioné ferozmente- ¡Ah!- gimió Verónica- Si Su, estoy bien, es que me acabé de pegar en la rodilla- dijo con sus mejillas coloradas- No Su, yo ya me fui- dijo y mordió su dedo índice para evitar gemir, mientras yo continuaba con mi tarea- Dale corazón nos vemos mañana, chao- colgó rápidamente.

Tomó mi mentón y alzó mi cara para besarme con pasión. Yo me separé del beso y empecé a quitarle su vestido junto a sus tacones, y quedó en unas tangas negras de encaje, me acerqué y con mis dientes empecé a bajarlas mientras ella jadeaba, una vez estuvo desnuda detalle cada parte de su cuerpo y esta mujer parecía tallada por los mismos dioses. Ante su atenta mirada empecé a deshacerme de mi traje, hasta finalmente quedar en ropa interior, ella se arrodilló en la cama y me besó intensamente mientras me quitaba mi sostén y mis tangas, cuando terminó con su tarea empezó a detallarme y bajo su mirada me sonrojé, cosa que con ninguna otra mujer me había pasado.
Volví a acostarla y empecé a besar su boca para llegar en un camino de besos y mordidas hasta su intimidad, abrí sus piernas y no me pude esperar más, pasé mi lengua por todo su centro a lo que ella enredó su mano en mi cabello pidiendo por más.
Luego de lamer, succionar, entrar y salir con mi lengua, subí lentamente hasta su boca para que probara de su mar, paré aquel beso para meter mis dedos anular y medio en su boca, para después llevarlos a su intimidad y meterlos, ella arqueó la espalda y comenzó a mover sus caderas sincronizándolas con mis dedos al entrar y salir, ella cada vez gemía más y más fuerte, hasta que finalmente llegó al orgasmo y gritó mi nombre, saqué mis dedos de su interior y los metí en mi boca para probarla una vez más.
En cuestión de segundos me sentó y ella se sentó a horcadas sobre mi. Bajó con besos hasta mis pechos, donde me empujó con fuerza para que yo quedara acostada, y allí se entretuvo con mis senos, luego bajó con besos húmedos por todo mi abdomen y al sentir su cálida lengua yo arqueaba la espalda y gemía, llegó a mi centro y pasó su lengua a lo que yo solté un grito, sentí como sonrió después de esto, tomé su cabeza con mis manos para que no parara. Después subió a mi boca y me dio un corto beso, mientras me miraba intensamente entró en mi con dos dedos y yo cerré los ojos del placer que provocaba en mí y gemí, a lo que calló mis gemidos con besos. Cuando estaba a punto de llegar salió de mí y la miré con mala cara pero ella me devolvió una mirada traviesa y sonrió, subió mi pierna y nuestros centros chocaban mientras se movía lenta y sensualmente, poco a poco fue acelerando sus movimientos, abrí los ojos me encontré y quise grabar lo que veía en ese momento, las curvas bien definidas de Verónica y su cara ligeramente hacia atrás con los ojos cerrados y la boca abierta demostrando el placer que estábamos sintiendo, menos mal el volumen de la fiesta era alto, si no, todos los vecinos hubieran escuchado nuestros gritos de amor, y mientras sus pechos rebotaban a causa de sus movimientos me fue imposible no tomarlos entre mis manos. A los minutos nos corrimos a la vez y ella calló sobre mí, mientras nuestras respiraciones eran irregulares.
Unos pocos segundo después nuestras respiraciones se fueron calmando, y Verónica se acostó a mi lado, yo acariciaba su cabello y ella trazaba líneas imaginarias en mi abdomen.

-Imaginé tantas veces este momento- Dijo Verónica rompiendo el silencio- En cada escenario posible- y yo sonreí
-Definitivamente la realidad supera la ficción- Dije y volvimos al silencio, pero era uno tranquilo- Verónica- la llamé e hicimos contacto visual, con mi mano libre empecé a acariciar su cara dulcemente- estas tatuada en mi cuerpo y mi alma, dudo que pueda sacarte de mi mente- ella se acercó y besó mis labios tiernamente.

Poco a poco sentí que Verónica fue quedándose dormida por lo que nos acomodé mejor y puse una cobija encima, poco a poco yo también me fui quedando dormida.

Al otro día los rayos de sol pegaban en mi cara lo que hizo que me despertara, al abrir los ojos me lleve con una hermosa imagen, Verónica con sus dos manos entre su cara y la almohada, sus ojos cerrados, su boca ligeramente abierta y su respiración calmada, me quedé observándola no se por cuánto tiempo. Verónica se fue despertando y yo la veía con una sonrisa.

-Mmm- se desperezó- Buenos días- me saludó.
-Buenos días, bonita- dije mientras acariciaba su mentón y ella se acercó a darme un pico- Yo solo pido despertar así todas las mañanas- y Verónica sonrió.
-Pues hagámoslo posible- Dijo Verónica.
-Me gusta esa idea- Le dije- ¿bajamos a desayunar?- invité.
-Ay si muero de hambre. Pero, ¿podrías prestarme algo cómodo para ponerme?- me dijo tiernamente.
-Si todo me lo vas a pedir con esa carita, nunca podré decirte que no- le dije mientras me acercaba a darle un beso.

Me paré rumbo a mi closet para buscar algo con lo que Verónica se sintiera comoda, cuando me di vuelta, Verónica desde la cama veía mi desnudo cuerpo con detenimiento, mientras se mordía el labio inferior y yo me sonrojé.

-No te sonrojes, anoche conocí cada rincón de tu cuerpo- Dijo mientras se paró y venía hacia mi- Tengo una idea, porque no mejor, antes de bajar a desayunar, nos terminamos de explorar- Dijo mientras ponía sus manos en mi cintura.
-Me encanta esa idea- Dije y la besé con pasión.

Estábamos besándonos cuando sonó como si fueran abrir la puerta, afortunadamente ayer puse seguro.

-¡Ana! ¿Estás ahí?- Era Alberto.
-Sí- dije con la voz débil- Si acá estoy-
-Bueno baja a desayunar, ya casi está listo-
-Si, dame 20 minutos y nos vemos abajo- le dije.
-Está bien, china- y escuchamos sus pasos alejándose.

-¿20 minutos nada más?- Me dijo Verónica.
-Un rapidín mañanero- dije entre besos- Además conociendo a Alberto es capaz de ir y buscar las llaves para abrir la puerta-
-Está bien, démonos prisa- Dijo Verónica coquetamente.

Media hora después salíamos de la habitación y Verónica iba bajando las escaleras delante mío. Finalmente llegamos al primer piso.

-¡Ey!, espera- detuve el paso de Verónica y la besé con pasión.
-¡Verónica Castro!- Era Susana quien venía saliendo de la cocina con Alberto, y Verónica se separó rápidamente- ¿No que te habías ido?-
-Eh, si... Em, yo- empezó a contestar nerviosamente Verónica.
-¿Por qué no mejor pasamos a la mesa a desayunar?- Agregué tratando de ayudar a Verónica.
-Sí, y así nos cuentan cómo fue que pasaron la noche juntas- Dijo Alberto mientras subía y bajaba las cejas.

<Fin del flashback>

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Este capítulo se lo dedico al amor de mi vida ❤️ Darcystyles0099 que no me deja descansar los fines de semana ni ningún día porque cada que me ve, me dice que actualice 🙄

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