CAPITULO 24

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POV Verónica

-Listo señora, estos son los últimos papeles que tiene que firmar- Dijo Alejandra, mi secretaria.
-Esta bien, pásamelos que ya voy tarde a un almuerzo- Dije mirando la hora en mi reloj.
-¿Y eso?, no lo tengo programado en su agenda- Dijo mientras revisaba.
-Es un almuerzo que salió de imprevisto- hice una pausa y le entregué los papeles firmados- Como ya sabes tengo un viaje planeado con mi hija y su mamá, entonces estaré con ellas-
-Lo qué significa que habrá reconciliación- Dijo ella y yo enarqué una ceja.
-¿Perdona?- Dije y ella abrió sus ojos.
-Lo siento, lo siento, pensé en voz alta, no fue mi intención incomodarla-
-No te preocupes Alejandra, ya te puedes retirar-
-Si señora, con permiso- Dijo y salió de mi oficina.

Retoque mi maquillaje, recogí mis pertenencias y le escribí a Emma que ya iba para allá, finalmente salí de la empresa y me monté en mi auto con dirección a mi casa.

Después de 30 minutos llegué a mi casa, abrí la puerta y un agradable aroma a comida llegó a mi, me acerqué a la cocina y me paré en la puerta para ver con ternura la escena que estaban protagonizando Ana y mi hija.
Ellas estaban decorando un pastel, mientras Ana ponía la crema, Emma lo adornaba con fresas.

-Eso es todo- Dijo Emma mientras ponía la última fresa.
-Gran trabajo- Dijo Ana y pasó su dedo índice untado de crema por la nariz de Emma, ambas se sonrieron- A tu mamá le va a encantar este almuerzo, es su favorito- Dijo y yo sonreí con melancolía.
-Tenlo por seguro, sobretodo si tú lo cocinas- Ana tomo el pastel en sus manos y se volteó para guardarlo.
-Ey, llegaste- Dijo Ana mientras sonreía.
-Sí, fue una mañana llena de trabajo- Me uní a la conversación.
-Si estás cansada de seguro mamá Ana te puede dar un masaje- Dijo Emma y sonrió maliciosamente, yo volteé los ojos y me reí junto con Ana.
-Mejor vamos a almorzar, ya está la mesa lista- Dijo Ana.

Nos dirigimos al comedor y pasamos el almuerzo entre risas, anécdotas y miradas coquetas por parte de Ana que me ponían nerviosa.

-Ana definitivamente no hay quien cocine mejor que tú- Dije mientras Emma llevaba los platos del almuerzo a la cocina.
-Ya sabes, todo lo que hago es delicioso- Dijo susurrándome al oído.
-¡Mami, ¿Me puedes traer los otros platos?!- Gritó Emma desde la cocina.
-Ya voy- respondió Ana y me dejó con un gran calor.
-¿Qué te pasó?- Dijo Emma mirándome unos minutos después.
-¿Qué? ¿Por qué?- Dije tratando de disimular.
-Estás toda roja- Emma dijo y cambió rápidamente el tema- Mira pruébala y me dices qué tal nos quedó- Me di cuenta traía el postre en sus manos.
-¡Se ve delicioso!-
-Acá traigo los platos- Apareció Ana en el comedor.

Corté el pastel en pedazos iguales y repartí una porción a cada una, me senté, iba a probarlo hasta que sentí unas miradas sobre mi, levante mi vista y vi que Ana y Emma me miraban con atención.

-¿Todo bien?- pregunté incómoda por tener sus miradas.
-Mami pruébalo rápido estamos esperando tu reacción- Dijo Emma emocionada.
-Esta bien- Dije y di un bocado al pastel- ¡Mmm!- Un suave gemido de satisfacción se escapó de mí.
-Está haciendo un poco de calor- Dijo Ana sonrojada mientras se abanicaba con la mano.
-¿Y bien?- dijo Emma.
-Está delicioso, deberían prepararlo más seguido.

Seguimos las tres reunidas disfrutando, hasta que el celular de Emma sonó y nos dijo que llegaría tarde.
Me ofrecí a limpiar la cocina ya que Ana fue quien se encargó de cocinar. Estaba terminando mi labor cuando sentí las manos de Ana apretando suavemente mi cintura y poco a poco se iba acercando a mi.

-Verónica- Dijo muy cerca de mi oído y mi respiración empezó a fallar- Te deseo tanto- Dijo y mordió suavemente mi oreja y lentamente me volteé.
-Ana no podemos hacer esto- Dije mientras Ana se acercaba lentamente a mis labios.
-Se que quieres esto tanto como yo- Dijo con su voz excitada.

Ana lentamente fue acercando sus labios a los míos hasta que los atrapó en un suave beso que poco a poco fui subiendo la intensidad, pasé mis manos por su nuca para acercarla más a mi y ella metió las manos por debajo de mi blusa y lentamente las fue subiendo hasta llegar al borde de mi brasier, lo levantó y tomó entre sus manos mis pechos, lo que me hizo gemir.

-Vamos a mi habitación- Dije entre el beso.

Ana pasó sus manos por mis piernas y me levantó, salimos de la cocina y chacamos con una pared antes de llegar a las escaleras, Ana me puso contra esa pared y empezó a besar mi cuello, así que abrí mis ojos y finalmente me percaté de que había alguien ahí.

-Alejandro- Dije y alejé a Ana, rápidamente acomodé mi ropa.
-Perdón no quería interrumpir, pero vengo a sacar unos documentos que se me quedaron acá. Debí haber llamado-
-No, no te preocupes. ¿dónde están?-
-En la biblioteca-
-Te acompaño-
-Esta bien. Hasta luego, Ana- Alejandro se despidió.
-Ten un buen día- respondió Ana y rápidamente subió las escaleras.
-Vero disculpe de verdad, no pensé que Ana estuviera acá, ni que ustedes habían vuelto- Dijo Alejandro mientras nos dirigíamos a la biblioteca.
-No, no hemos vuelto y Ana está acá porque Emma está planeando un viaje para las tres-

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