CAPITULO 25

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POV Ana

Cuando me despedí de Alejandro huí a mi cuarto y me encerré, han pasado cerca de 2 horas, hace unos minutos sentí que Verónica entró a su dormitorio. No sé por qué me estoy escondiendo de ella si antes de la interrupción quería tenerla desnuda entre sus sábanas.
Pero tomé valor y abrí la puerta, la recámara de ella estaba cerrada, así que me dirigí al primer piso de la casa, me senté al lado de la alberca a leer un poco para poder relajarme cuando alguien tocó a la puerta.

-¡Ana!- Dijo Verónica desde el segundo piso.
-¡Dime!-
-¿Puedes atender la puerta? En unos segundos bajo-
-Sí, no hay problema-

Me dirigí a la entrada de la casa y abrí la puerta, había un gran ramo de rosas con una tarjeta, lo recibí y firme donde el repartidor lo ordenó, una vez hice esto, cerré la puerta y puse las rosas en una mesa cercana a la entrada, tome la nota que traían y leí:

"Espero que estas rosas te encanten tanto como me encantas tú a mi.
Paso por ti a las 8:30pm para ir a cenar.
Con amor, Alejandro"

Sentí mis mejillas arder a causa de la ira, en ese momento Verónica venía bajando las escaleras por lo que dejé la nota en su lugar y a los segundos ella apareció a mi lado.

-¡Wow! Ana están divinas- Dijo Verónica con emoción.
-Sí, la verdad he visto mejores- Dije restándole importancia.
-¿Las enviaste tú?- Preguntó con una dulce sonrisa.
-No- Ví como su sonrisa se desvaneció- Pero mira ahí hay una nota- Dije señalándola
-Ah, las envío Alejandro- Dijo y volvió a dejar la nota donde estaba- ¿Donde estabas? No te volví a ver el resto de la tarde- Dijo Verónica mirándome.
-Subí a recostarme un rato, aún sigo un poco agotada por el viaje-
-Bueno Ana te dejo, tengo que ir a arreglarme porque iré a cenar con Alejandro-
-Esta bien, yo iré a leer un poco- Dije y Verónica volvió a subir las escaleras y yo me dirigí a donde estaba.

Pasé el resto de la tarde junto a la piscina leyendo y poco a poco el sol se fue escondiendo, cuando mi vista se agotó el timbre volvió a sonar por lo que me levante de donde estaba y me dirigí a abrir la puerta, cuando lo hice estaba Alejandro en la puerta con otro gran ramo en sus manos.

-Alejandro, ¿Cómo estás?-
-Hola Ana, muy bien-
-Pasa, por favor-
-Gracias, muy amable-
-No creo que Verónica sepa que ya llegaste, voy a avisarle- Dije cortésmente y me retire hacia las escaleras.
-Esta bien, fue un gusto saludarte, Ana-
-El gusto fue mío, Alejandro- Dije con una suave sonrisa mientras iba sonriendo.

Cuando finalmente lo perdí de vista mi sonrisa desapareció y rodé lo ojos, me acerqué hasta la recámara de Verónica y toque suavemente a su puerta.

-¿Quién?- Preguntó ella con su dulce voz.
-Soy yo... Ana-
-Pasa- Dijo una vez abrió la puerta y yo entré.
-¡Wow!- Dije cuando la vi con un vestido negro elegante de manga larga, con escote en forma de corazón, todo pegado hasta arriba de las rodillas que dejaba ver sus perfectas curvas- Estas hermosa- Dije mientras la veía a los ojos y suavemente me acercaba a acariciar su mejilla.
-Gracias Ana- Respondió mientras no dejábamos de vernos a los ojos y poco a poco fuimos acercándonos.
-Verónica- hice una pause y mire sus labios que ya estaban a pocos centímetros de los míos- Alejandro ya llegó por ti- Dije y pasé mi pulgar suavemente por sus labios.
-Pídeme que no vaya a esa cena y me quedaré acá contigo- Dijo Verónica y yo besé sus labios con gran pasión, tanto que su cuerpo quedó en medio de la puerta y mi cuerpo, alcé su pierna izquierda y toqué su muslo a mi antojo.
-No puedo pedirte eso- Cuando dije eso, Verónica me empujó levemente separando completamente nuestros cuerpos- Tú no te mereces esto Vero, yo estoy comprometida con Valentina. Tú eres mucho para ser la otra- Dije e intenté acercarme pero Verónica no me lo permitió.
-Cuando yo vuelva de la cena con Alejandro no quiero que estes en mi casa- Dijo y tomó rápidamente sus cosas y salió.

Salí al balcón que daba a la entrada de la casa y unos segundos después Verónica salió de la mano con Alejandro, antes de subirse al auto, Verónica subió su mirada hasta encontrarse con la mía y solo pude percibir rencor. Una vez se fueron una lágrima recorrió mi mejilla y me propuse dejar a Valentina para reconquistar a Verónica.

Conmigo volverás Where stories live. Discover now