CAPITULO 22

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POV Ana

Antes de que el avión aterrizara en México me dirigí al baño para asearme después de casi 15 horas de viaje.
Aterrizamos y me dispuse a ir por mis maletas, cuando las tomé salí del aeropuerto y allí estaba Emma esperándome.

-Mi bebé, te extrañé tanto- Dije mientras la abrazaba.
-Mamá solo dejamos de vernos unas semanas- Dijo riendo.
-Para mi ese tiempo fue eterno- Dije y nos montamos en el auto- Mi tío Alberto ya me pasó la dirección donde te vas a hospedar-
-¿Que tal es el hotel? ¿Es lindo?- Dije mientras miraba por la ventana.
-Sí, a mi me encanta, es mi favorito, si por mi fuera no saldría nunca de ahí- Dijo y me regaló una dulce sonrisa.
-Bueno, confiaré en tu criterio-

Seguimos hablando sobre mi vuelo y el reciente viaje que Emma realizó hasta que llegamos a una hermosa casa.

-Wow, no pensé que Alberto había alquilado una casa, hubiera sido suficiente con una habitación de hotel- Dije mientras admiraba las flores del hermoso jardín.
-Ya sabes cómo es mi tío de excéntrico, pero ven entremos, ahora sacamos las maletas-
-Esta bien, conozcamos esta hermosa casa-

Subimos unas cortas escaleras que habían a la entrada y Emma abrió la gran puerta de entrada dejando ver el interior de aquella hermosa casa.

-¿Hija llegaste?- Escuché a lo lejos la voz de Verónica y volteé a ver a Emma con los ojos muy abiertos.
-¿Emma que hiciste?- Dije susurrando.
-Nada que no puedas pagar con una noche de pasión- respondió susurrando y se rió- Si mami acá estoy, ven un momento-
-Yo no me voy a quedar acá- dije susurrando e intente salir pero Emma me detuvo.
-Si que lo harás- Dijo.
-Hola mi vida, hola Ana-
-Hola Vero-
-Hola mami, ¿te puedo pedir un inmenso favor?-
-Dime, mi amor-
-Es que en camino al hotel donde se iba a hospedar mi mamá nos llamaron a decir que no fue posible realizar la reserva y ya está todo lleno-
-¿No te ibas a quedar donde Alberto?- preguntó Verónica mientras me veía a los ojos.
-Si, pero tiene unos familiares en casa, así que no pude llegar allá- le respondí.
-El caso es... ¿Se puede quedar acá en lo que nos vamos de viaje?- le preguntó Emma.
-Sí, por mi no hay problema-
-Gracias Vero-
-No hay de que- respondió con una dulce sonrisa.
-Bueno, quédense acá, yo ya vengo voy a comprar unas cosas para el viaje- Dijo Emma
-¿Te vas?- Dije pues me ponía nerviosa quedarme sola con Verónica y Emma se despedía de Verónica
-Sí, nos vemos en la noche-
-¿En la noche?- pregunte de nuevo y note que apenas eran las 9am
-Si mami, fue lo que acabé de decir- Dijo y se despidió de mi- ¡Chao!- dijo desde la puerta y la cerró.
-¿Quieres que te enseñe tu habitación?-Preguntó Verónica
-Por favor, necesito descansar un poco-
-Sígueme- Dijo y tomo mi mano.

Verónica subió el primer escalón y se volteó rápidamente haciendo que chocáramos y ella casi cayera pero en un rápido movimiento la sostuve y quedamos muy pegadas mirándonos a los ojos, baje mi vista a sus labios y ella cerró sus ojos, poco a poco fui acercándome hasta que sonó el timbre y nos separamos rápidamente.

-¿Y tus maletas?- Dijo Verónica cortando la tensión.
-Cierto- puse la mano en mi frente- Se las tuvo que llevar Emma-
-Déjame voy a abrir la puerta y ya te llevo a tu habitación-

Verónica se devolvió a la puerta y cuando abrió había alguien del servicio con mis maletas.

-Perdón señora, la señorita Emma dijo que trajera estas maletas-
-Muchas gracias, Juan- Dijo Verónica con una gran sonrisa- por favor llévalas a la habitación de invitados-
-¿A cuál de todas, señora?-
-A la que está al lado de mi habitación- Verónica dijo eso y me puse nerviosa de qué pasaría la noche a escasos metros de ella.
-Si señora- Dijo Juan y rápidamente se dirigió a la segunda planta de la casa.

Esperé a que Verónica cerrara la puerta de entrada para que me llevara a la habitación que me quedaría, cuando llegamos Juan iba saliendo y le dimos las gracias.
Verónica me explico donde estaban las toallas, cobijas y demás por si necesitaba algo.

-Bueno, supongo que debes estar cansada por el viaje, así que te dejo como en casa, tengo que salir a realizar unas cosas y luego vuelvo-
-Está bien, Vero. De verdad muchas gracias-
-No te preocupes-

Verónica se sonrojó y lentamente se acercó a mí y besó mi mejilla, cuando sus labios se posaron en mi mejilla sentí una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo.

-Adiós Ana, nos vemos más tarde para ir a almorzar. Si quieres claro está-
-Claro que quiero, más tarde nos vemos-

Nos despedimos y Verónica salió de la habitación.

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