POV Verónica
Hace una semana Susana me había dicho que Ana se había comprometido y mi estado de ánimo no ha sido el mejor, he dejado de comer y a causa de eso estoy un poco más delgada, también he empezado a sufrir de insomnio por lo que ahora me han salido ojeras y la mayor parte del tiempo me siento deprimida.
Eran cerca de las 3 de la mañana y no podía dormir, por lo que decidí ir a la cocina a prepararme un té, una vez lo terminé me dirigí al balcón y unas lágrimas se deslizaron por mis mejillas al imaginarme cómo sería la boda de Ana y Valentina. Sentí unas manos posarse en mis hombros, me sobresalté y limpié rápidamente mis lágrimas.
-¿Vero qué haces despierta a esta hora?- Dijo Alejandro mientras me daba la vuelta para verlo.
-Estaba tomándome un té porque no me ha dado sueño- Dije tratando de disimular que mis ojos estaban llorosos.
-¿Estabas llorando?- Preguntó Alejandro con un poco de preocupación.
-No, es que me dio algo de alergia-
-Ya entiendo todo-
-¿De qué hablas?-
-¿Crees que no me he dado cuenta de tu actitud últimamente?-
-Alejandro no te estoy entendiendo- Dije nerviosamente.
-Verónica desde que Ana anunció su compromiso tu actitud cambió radicalmente-
-Eso no es cierto- Negué rápidamente.
-¿Sabes? Yo creo que lo mejor es dejar esto hasta acá- Dijo y entró a la habitación.
-¿Pero qué cosas dices?- Lo seguí y vi que tomó una maleta y empezó a poner su ropa dentro de esta- ¿Que estas haciendo? Te recuerdo que estamos casados, no me puedes dejar así- Dije mientras mis lágrimas salían sin control.
-Verónica- Dijo y me tomó de las mejillas mientras limpiaba mis lágrimas- Te amo, pero sé que no soy correspondido, tu corazón y tu amor siempre le corresponderán a Ana y no puedo luchar contra eso- Dijo mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.
-No te vayas, por favor. Mira la hora que es-
-No puedo quedarme, esta situación solo me hiere- tomó su maleta y besó suavemente mis labios- siempre te amaré pero no puedo quedarme a tu lado. En estos días te llamaré para que firmemos el divorcio- Dijo y salió de la habitación dejándome hecha un mar de lágrimas.
