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Capítulo 7: Felices Dulces 16
Parte-2


Después de que pasará el día, los Millers comían, sumamente callados, se notaba toda la tensión que había.

—Ustedes aman el desayuno en la cena.

—No tengo hambre.

—Yo tampoco.

—Yo tampoco.

—¿Como pasaste tu cumpleaños en la escuela? ¿Alguien hizo algo divertido?—ginny suspiro, mientras que Praga rodaba los ojos, denuevo la atención de georgia solo estaba en ginny.

—No en realidad.

—¿En serio? ¿Ni siquiera Hunter?—al notar como su hija no respondía, siguió comiendo.

—¡Mamá! ¡Odio cuando masticas fuertes!—el pequeño rubio se levantó y se fue a su cuarto.

—Voy con Austin.—la rubia se levantó, dejando a su madre y hermana solas. Golpeó la puerta de la habitación de su hermano.

—¡Andate, no quiero hablar!—la chica hizo caso omiso y entro.

—¿No quieres hablar? No hablemos entonces.—se acercó a la cama y acaricio la espalda de su hermanito.

—¿Te acuestas conmigo hasta que me duerma?

—Claro que si, ratón.—la rubia se acostó al lado de su hermano, quien se acostó en su pecho.—¿Sabes algo? Ahora si me dió hambre ¿Voy por galletas y leche?

—¡Si! Pero quiero, de las galletas que tú hiciste, las que compro mama tienen sabor malo.

—Bien, entonces de las galletas que hice yo. Ya vengo, ratón.—la chica se separó de su hermano y bajo. Las galletas y leche siempre animaban a su pequeño hermano. Cuando bajo se encontro con Paul.—Oh, Hola Paul.

—Hola Praga, ¿Cómo estás? Feliz cumpleaños.

—Estoy bien, gracias.—la chica saco dos vasos y les puso leche, también saco el frasco donde estaban las galletas que ella había hecho.

—¿No que no tenían hambre?

—Ahora si. Buenas noches Paul.—la chica se alejo de los dos mayores, volviendo a subir, entro a la habitación de su hermano y cerró la puerta.

—¡Llegaste! Veremos el increíble mundo de Gumball, mientras comemos galletitas.—la chica asintió, y se sentó a su lado, le pasó un vaso y abrió aquel frasco. Después de varios capítulos, ambos se quedaron dormidos.

A la mañana siguiente la chica, se levantó, fue por una toalla a su cuarto y fue al baño, dónde estaba ginny golpeando.

—Austin, apúrate, quiero entrar al baño.—la morena golpeaba desesperada.

—¿Solo vas a orinar?

—Si.

—Genial, me daré un baño, huelo, a leche y galletas.—ginny rio.

—¿Oye? No quiero estar enojada, yo no debí ponerme así, Mamá es la que me debe decir las cosas, no tu, no es tu deber, lo lamento.

DIE FOR YOU| Ginny And Georgia *Pausada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora