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Capitulo 4: Feliz mi cumpleaños a ustedes.
parte-2


Praga y mattheo estaban acostados en la cama de la rubia, mientras que este último estaba abrazado a ella como si no hubiera un mañana. La chica reía ya que este se negaba a soltarla, incluso cuando le dijo que debía hacer deberes.

—No te irás, te extrañe mucho.—el chico seguía aferrado a ella, había enredado sus piernas en su cadera, mientras rodeaba la altura de su pecho con sus brazos.

—Mattheo, tengo cosas que hacer, porfavor suéltame. Puedes estar aquí conmigo igual.

—Pero no será lo mismo.—el chico la miro y sonrió inocentemente.—pero tal vez, si me das un beso te suelte.

—¿Solo uno?

—O varios, depende.

—¿De que?—la rubia sonrió.

—De que tanto me guste—la chica lo miro rodando levemente los ojos. Beso al chico haciendo sonreír a este, quien llevo una de sus manos a la nuca de la rubia para poder profundizar el beso. Praga había enredado sus dedos en el castaño cabello del chico, mientras que este sujetaba la nuca de la rubia con una mano y con la otra su cintura.

La puerta de la habitación se abrió, haciendo que ambos se separaran en un instante.

—¿Que está pasando aquí?—la mujer los miro a ambos con reproche.— No quiero que tengan sexo. Y menos si la casa aún está despierta.

—No íbamos a tener sexo, mamá.

—Claro, solo estaban jugando con sus lenguas. Esa ya me la sé jovencita.

—¿Que quieres? Estoy ocupada.

—Claro, ocupada metiéndole la lengua al vecino.—la rubia menor rodó los ojos, mientras le hacía una seña a su madre de que hablara.—Mattheo tu madre te busca, es tarde.

—Claro. Adiós señora Miller. Adiós rubia.—el chico dejo un beso en la cabeza de la chica, y se despidió con la mano de Georgia, saliendo de la habitación de Praga siendo observado por una Praga bastante sonriente.

—Dios. Enserio te gusta. Creo que jamás te había visto así.

—Eso no es cierto. El amor hace debiles a las personas.

—Yo no te eduque así, solo debes conseguir algo a cambio. Además no me puedes mentir, se te nota en los ojos.—praga rodó los ojos evitando la mirada de su madre, pero tener en mente a mattheo la hacía sonreír.

—Bueno si me gusta mucho. Pero ese no era el tema. ¿que paso? ¿porque entraste a mi habitación como un asesino en serie?

—Praga mi niña linda, eres mi mejor amiga y la única que sabe todo de mi y no me juzga. Además de que me voy a casar.—la mujer celebro mientras pegaba un suspiro sentándose en la cama de su hija.—Quiero que seas mi dama de honor. ¿Serías mi dama de honor?

—Claro que si mamá. Sería un placer.—la chica sonrió mirando a su madre, quien al escucharla también sonrió.

—¿Enserio?

—Claro que si.—la mayor abrazo a su hija, sintiéndose cada vez más feliz.

—Gracias mi niña.—la mujer se separó un poco del abrazo para poder mirarla. Parecía algo preocupada y frustrada.—Espero no haberlas dañado mucho. ¿Ya te arruine la vida?

—No seas tonta. Estoy bien. Mejor que nunca.—tal vez era una mentira. Pero no le diría a su madre que sentia que se desmoronaba cada día más.

—De acuerdo.—la mujer sonrió.—Te dejo.—la mujer celebro antes de salir del cuarto de su hija, cerrando la puerta detrás de ella. Cuando está estuvo afuera la rubia suspiro. Su madre no solía abrazarla, ya que a ella no le gustaban los abrazos pero de todas formas sentía que necesitaba ese abrazo, por muy corto que haya sido lo necesitaba.

DIE FOR YOU| Ginny And Georgia *Pausada*Where stories live. Discover now