🌌 CAPÍTULO 12🌌

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—Esto

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Esto... Hace mucho no... ¡Joder!

En el reflejo del espejo de mi habitación veía a una chica de sonrisa encantadora y destellos en sus ojos. Absolutamentetodo en ella exclamaba fascinación. Sus cabellos oscuros fueron domados por fin por el cepillo, alisados y ahoraobtenían mucho brillo. Mechones rebeldes caían por los ojos de la chica de manera atractiva. Un poco de rubor y basehacían de las suyas con el rostro tierno, un delineado básico adornaba y, para terminar, un pintalabios rosado que apenassí se notaba. Así le gustaba a ella: simple. Su atuendo tampoco estaba mal, todo lo contrario: traía una corta blusa violetade escote y con finos tirantes que simulaban a diamantes, un pantalón negro algo holgado con cadenas plateadas de lasque colgaba un pequeño candado y llave como accesorios —eligió eso para darle toque divertido a su pantalón.

Estaba claro que la chica amaba la ropa holgada, e hizo que la blusa le quedara lo más apretada posible para darlecontraste con el pantalón. Le gustaba la mezcla de colores oscuros y los pequeños pendientes de corazón que traía.

 La chica era yo, fascinada conmigo misma, contemplando a esa Kaela que creí haber perdido por Ethan. Olvidé porcompleto cómo era sentirse atractiva al verme al espejo, qué tan genial era vestirse para mí misma, o el simple hecho demaquillarme para resaltar. Todas esas costumbres las dejé de lado, y ahora Erika me estaba ayudando con la causa. A mi lado, la morena toda maquillada me observaba y daba brinquitos en silencio. Estábamos en mi habitación despuésde una hora de compras y esperábamos a Fred, quien encantado aceptó asistir a la cena. No sería algo de lo másespecial como una cena navideña, pero mi madre se estaba esforzando muchísimo en la cocina y mi padre no dejaba desalir a buscar los ingredientes que mi madre pedía. Emily, por su parte, estuvo todo el tiempo encerrada en su habitación.

—¡Mi mejor amiga es una diosa! —exclamó Erika con una sonrisilla de oreja a oreja.

—Hace mucho no me vestía así.

 Comencé a dar vueltitas en frente del espejo, a hacer muecas o simplemente a tocar mi cabello. ¿Cómo diablos hizoErika para que quedase liso?

—¡Has hecho magia conmigo, Erika!

—Es fácil hacer magia con alguien que ya se ve estupenda, Kae.

—¡Gracias, gracias, gracias!

 —Esas cosas no se agrade...

—¡Shh!

Antes de dejarla procesar, me lancé a ella para abrazarla por segunda vez en el día. ¡Estaba tan contenta! La apretujé y sequejó un poco, después solo aceptó el abrazo y pasó sus brazos por mi espalda suavemente. Vamos, Erika era de esascariñosas que se hacían las de tripas corazón.

 —Deberíamos hacer una sesión de fotos —propuso, y aunque yo no amaba las fotos hicimos una sesión tan larga que eltimbre de la casa sonó y ya teníamos más de cien. Sí que Erika era intensa con las fotos; parecía ser de las que no setomaban ninguna, pero en realidad tenía la galería llena.

Las mejores historias terminan trágicamente ©Where stories live. Discover now