𝟙𝟜. Al calabozo

483 57 6
                                    

—Debes despejar este signo primero— Zack se había comprometido a ayudarme con unos cuantos temas de matemáticas. Era impresionante cómo se había puesto al corriente con todo en los pocos días que había estado aquí, los profesores ya lo amaban y podía ver corazones en los ojos de varias chicas cuando pasaban a su lado; vamos, un chico alto, pelirrojo y de ojos azules llama bastante la atención aquí.

Steve había vuelto a ignorarme, creo que era su forma de castigarme por tener un nuevo amigo. Parecía que ahora se esforzaba por ser más cursi con Nancy, que todo el mundo supiera lo bien y estables que eran como pareja —¡Gracias a Dios que te encontré...!— Munson se sentaba frente a nosotros, era muy ruidoso y fue callado por una chica que se encontraba en la misma mesa, él solo mostraba el dedo medio como respuesta —Necesito tu ayuda.

—¿No ves que estoy estudiando?— señalaba la enorme cantidad de libros y apuntes esparcidos por toda la mesa —Deberías estar haciendo lo mismo, según sé, podrías repetir curso.

—No digas mierdas...— miraba a todos lados —Esto es importante y debes recordar nuestro acuerdo— la sonrisa de mi cara desaparecía, él había vuelto a ganar —, que bueno que entiendas rápido— acercaba su mano para tomar mi mejilla, pero era detenido por Zack —. ¿Otra vez tú? He de decir que esto me trae recuerdos.

—Lex, ya deja de ver a este sujeto— aunque no le soltaba, ignoraba por completo a Munson y se dirigía a mí.

—Yo no... no puedo— soltando un suspiro y con pesadez cerraba mi cuaderno de notas y mis libros, metiéndolo todo a mi bolso. Seguía a Munson que no desaprovechó el momento para mostrarle la lengua al pelirrojo, burlándose y señalando cómo se salía con la suya —. ¿Qué es lo que quieres que haga?

—No te lo puedo decir aquí linda, tendrás que confiar y seguirme— eso de "confiar" en esta persona me parecía un imposible, ¿cómo podrías confiar en alguien que la mayor parte del tiempo no sabe ni dónde está parado? Aunque se le veía bastante nervioso y cauteloso —Sube a la van.

—Son las 10 a.m., las clases aún no termi-

—Sube. a. la. van... ¡Ahora!— mierda, esto debía ser algo serio. Me acomodaba en asiento del copiloto, tuve que agarrarme muy fuerte, pues Munson acelero de una manera inhumana. Traspasábamos en centro de Hawkins y llegábamos a esas zonas donde ningún estudiante, que sé dé a respetar, debería entrar bajo ninguna circunstancia; era la calle donde el motel Nebula, el que frecuentaba con Steve, se encontraba.

Munson se detenía de golpe, frente a un pequeño establecimiento de hamburguesas. Con la cabeza señalaba que debía bajarme —¿Ya me dirás qué rayos estamos haciendo aquí?

De la parte trasera de su van sacaba un pequeño paquete envuelto en un montón de cinta marrón —Vas a entrar a ese puesto de hamburguesas, te vas a sentar en la última mesa, donde nadie te vea, ¿me estás entendiendo?— algo así, hablaba muy rápido —Vas a pedir una hamburguesa de queso, sin pepinillos, esa será la señal, un hombre se sentará contigo y tú le entregarás esto.

—¡¿Quieres que sea tu puto camello personal?!

—¡Shhh!— ponía un dedo en mi boca —La policía ha estado muy activa últimamente, nadie sospechará de una chica linda que va a pedir una simple hamburguesa.

—Sospecharán si una chica linda lleva un paquete con la apariencia más sospechosa del siglo.

—Todo tiene solución— me acorralaba contra la van y pasaba sus brazos por mi cintura.

—Si vuelves a tocarme...

—Hablas mucho para ser una sirvienta— una sonrisa se formaba en su rostro. Metía el paquete en mi pantalón, dejando un poco afuera que era cubierto con mi blusa —. Listo, solo debes caminar normal y todo saldrá bien, lo prometo. Entras, pides, esperas, recibes el dinero y sales. Hasta te daré una parte.

𝐄𝐍𝐂𝐀𝐃𝐄𝐍𝐀𝐃𝐎𝐒 || 𝗘𝗱𝗱𝗶𝗲 𝗠𝘂𝗻𝘀𝗼𝗻  (+𝟭𝟴)Where stories live. Discover now