Capitulo 24

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-Viserys ha muerto. -Sentenció Alicent con una sonrisa.

-¿Ahora tendré que besarle el trasero a mi hermano?

-Aemond, era tu padre. -Su esposo se encogió de hombros, Alicent amplió su sonrisa, Nymeria se volteó hacía ella.

-¿Qué, quieres decirme algo?

-Preferiría tener una conversación a solas en otro momento. -Caminó hasta la puerta, antes de salir le echó una última mirada a Aemond-: Nos vemos luego.

Nymeria, caminó por los pasillos con asco, vió un cuerpo colgado de una de las columnas, tuvo que resistirse las náuseas y las ganas de llorar que pronto la invadía. Se quedaba por amor pero no sabía cuánto podría resistir, se preguntaba continuamente si había valido la pena su casamiento, entonces se detuvo ante la puerta donde se encontraba Rhaenys, necesitaba tan solo una razón para poder huir y volver a su hogar, solo una:

-Oh, eres tú. -Mencionó decepcionada-: ¿Puedes explicarme qué es lo que está ocurriendo?

-Viserys ha muerto, la reina coronará a Aegon.

-¿Y vienes a convencerme de que esté de su lado?

-No, quiero convencerla de seguir del lado de Rhaenyra. -Rhaenys la observó atenta, sintió pena-: Se vienen tiempos difíciles, donde podríamos estar al borde de perderlo todo, le aconsejo no tomar una postura neutral.

-Nymeria, ¿qué es lo que te ata aquí? -Preguntó, intentando entenderla.

-Al principio fue mi esposo y la necesidad de proteger a mi territorio, luego fueron mis hijos y ahora no lo sé. -La miró directo a los ojos, suplicante-: Por favor, no le diga a Daemon lo de mis hijos, no sé de lo que Aemond es capaz de hacer contra sus primos, confío en que usted como madre sabrá entenderlo. -Miró el fuego unos segundos y luego de nuevo a Rhaenys.

-¿Tienes algo más para decirme?

-No, mandaré a alguien de confianza para que pueda salir de acá. -Hizo una reverencia ante Rhaenys, en muestra de respeto.

-Deberías irte mientras puedas.

Esas palabras se quedaron clavadas como dagas en su mente, caminaba idá, sin un rumbo fijo. Fue en la noche cuando Aemond la encontró, sentada observando atenta a través de la ventana, dándole la espalda:

-Dame una sola razón para irme y lo haré sin dudar pero solo otorgame una pizca de esperanza y me aferraré a ella como un lobo a su presa. -Dijo sin ánimos, se lo estaba advirtiendo.

-Mi reina.

-No juraré ante nadie a favor de tu hermano, por mí podría morirse y nada cambiaría. -Aemond frunció el ceño-: Disculpa, algo si cambiaría, te utilizarían a ti en vez de a él.

-En ese caso tendrías un territorio el que gobernar, nuestros hijos serían herederos a algo. -Se levantó de la silla y lo miró atentamente.

-¿Disculpa?

-Podrías haberme dicho que decidiste sacarle todos sus derechos a nuestros hijos.

-¿Desde cuándo tengo que consultarte sobre las decisiones que tomó en mi vida? Además, ninguno de nuestros hijos había nacido cuando decidí abdicar.

-Fuiste egoísta, dejaste a los tres sin nada, tantas veces dijiste que lo más importante para ti era convertirte en reina y tiraste todo por la borda, ni siquiera fuiste capaz de comentarlo conmigo, con tu esposo.

-¡Lo hice por ti! -Le gritó, se sentía cansada en todos los sentidos, la discusión solo la ponía de peor humor, Aemond la observó como quien observa una mosca pasar-: Eras tu o la corona y te elegí a ti, nos elegí a nosotros.

Nymeria TargaryenWhere stories live. Discover now