Capitulo 30

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"El día de mi coronación, todo será perfecto, usaré un largo vestido de los colores de nuestra casa y tendre una gran corona con muchas joyas, haremos un gran banquete donde todo el pueblo estará invitado. Lamentaré un poco la muerte de Joffrey pero tendré a toda mi familia presente así que no habrá momentos para la tristeza, ustedes estarán en la primera fila y haré que Cregan también lo esté, sé que mi esposo de igual manera estará allí junto a nuestros hijos. Todo el lugar estará decorado con flores, en serio Erryk, ese será el mejor día de mi vida". Nymeria recordaba aquellas palabras que años atrás le dijo a su hermano, estaba sorprendida con las vueltas que la vida había dado, no tenía familia, no vendrían cientos de personas hasta el Norte para presenciar y festejar su coronación, todo le resultaba tan extraño.

Terminó de arreglarse tiempo después del funeral de Joffrey, el vestido era hermoso, largo, tan parecido a como lo soñaba con cada minúsculo detalle, lo único que había podido elegir era donde sería su coronación, eligió la plaza principal, los soldados y sirvientes corrían por todos lados con los preparativos. No habría fiesta luego, era consciente de que era un lujo que en tiempos de incertidumbre no podía darse.

-Nymeria Targaryen. -Escuchaba las palabras de Cregan pero no se sentía presente, sus ojos se cristalizaron-: La primera de su nombre, la belleza del Norte personificada, la jinete del dragón blanco, la reina y protectora del Norte. -Sintió el peso de la corona sobre su cabeza, se levantó con cuidado, el pueblo gritaba y aplaudía emocionado.

No estaba feliz, no se sentía feliz, sonreía y los saludaba moviendo su mano, agradeciendoles por su cariño, la gente estaba sumamente alegre, Nymeria siempre se esforzó en crear una buena imagen en su pueblo, para los lugareños ella era amable y leal, demostraba importarle lo que allí ocurría. Se había convertido en reina, finalmente lo había logrado, estaba cumpliendo con su deber, dándoles lo mejor de sí.

Una vez que entró al castillo, caminó hasta el comedor para comer pastel y tomar vino, se sentó junto a Erryk, todo era silencio, ni los sirvientes susurraban, parecía más un funeral que una coronación, era un evento triste e indiferente. Nada emocionante pasó hasta el atardecer, cuando un guardia se acercó hasta Nymeria:

-Majestad, disculpe. -Ella lo observó junto a su hermano-: Nuestros soldados han divisado a Vaghar, aterrizó cerca de la frontera.

-Yo iré. -Se apresuró a decir Erryk.

-No, yo puedo sola.

Con su corazón latiendo rápidamente, intentando parecer tranquila cuando se subió a su silla, por su mente cientos de pensamientos pasaban velozmente, no podía enfocarse en uno solo. Entonces lo vió, sintiendo nuevamente todos esos sentimientos que creía haber destruido, resurgieron con la misma fuerza que un dragón lanzando fuego, ambos se observaron en silencio por unos segundos, Aemond veía la corona sobre la cabeza de su esposa pero también notó lo ajustado que estaba ese vestido y como no parecía estar embarazada, Nymeria hubiese dado todo de sí para poder correr a sus brazos y olvidar todo de una vez, poder correr con sus hijos y su esposo hacía un lugar mejor:

-¿A qué vienes? -Preguntó intentando sonar indiferente.

-Vine a ver a nuestra hija y por lo visto ya nació, quiero conocerla, le he traído un regalo.

-¿No te llegó el cuervo que envié? -Ambos se miraron confundidos-: Aemond, nuestra hija murió.

-¿Cómo fue eso posible? -Nymeria notó que él tenía su ojo cristalizado.

-Lo sabrías si hubieses estado aquí. -Espetó con cierto dolor.

-Yo no te abandone, tu te fuiste y me dejaste solo.

-Te comprometiste con alguien más, ¿en serio esperabas que me quedará siendo la burla de todos? No fuiste capaz de mirarme a los ojos cuando me mentiste.

Nymeria TargaryenWhere stories live. Discover now