amor-odio

1.1K 74 135
                                    

Los rayos de luz hicieron que Juan se despertara, le molestaba que pasará eso, en vez de despertarse por su voluntad había pequeños rayos de sol que lo hacían por el.

No tenía muchas ganas de que los rayos de sol lo despertarán, así que decidió girarse hacia el otro lado, pero al hacerlo se encontró con la cara del híbrido, muy de Serca, observo sus facciones recorriendo su rostro con la mirada "maldita sea este chico es tan hermoso" pensó, y bueno era verdad.

Estaba apunto de tocar su suave piel, pero algo lo interrumio. Los ojos del oso se abrieron.

-E-eh hola s-spreen.

Spreen lo miro por unos segundos, estaba procesando todo, Juan alado de el, muy cerca de el, mirándolo fijamente, se puso nervioso, sentía como se ruborizaba.

-Boludo, ¿que haces despierto tan temprano? -dijo volteando hacia el otro lado, una forma de salvarse era dándole la espalda.

-¿¡Temprano!? ¿¡Pues a qué chingada hora te despiertas tu!?

-Mas temprano, solo entre semana, pero wacho es fin de semana ¿Qué decís?

-Spreen.

-mmm?

-¿Quieres comida?

-No, quiero dormir.

El hechicero se quedó callado, esa explicación breve era buena, podría dejarlo dormir tranquilamente y el hacer sus cosas, pero ¿Cómo se sentiría tener un compañero?, Antes de todo lo que pasará con spreen no había tenido un "día a día" con alguien, Bueno al menos tenía un compañero, pero puerco araña no habla.

Y por qué no... ¿Molestar a spreen un poco?

-Spreen -no recibió respuesta -¿Spreen? -más silencio -¡SPREEN!

-QUE WACHO, DEJAME DORMIR.

-Spreen.

-¿Que querés gafotas?

-¿Ya te dormiste?

-agh -suspiro, Juan no podía ser más pesado.

Juan empezó a jugar con sus orejas de oso, para molestarlo, moviendolas arriba y abajo, no le molestaba mucho pero se sentía extraño.

-Boludo, deja mis orejitas si no querés un golpe en tu cara.

Juan dejo de jugar con sus orejas soltando una pequeña risa, esa risa que contagia a todos, por lo que spreen también rio, pero lo suficientemente bajo para que Juan no lo escuchará.

-Spreen, ya levántate por FAVOOOOOOR.

-No.

-pinche oso flojo.

-Si wacho.

Juan empezó a jugar con su cabello pensando que eso le molestaba al híbrido, pero, no, más bien le relajaba.

Juan abrió todas las cortinas para que la luz entrara y spreen se levantará, pero este solo se cubrió todo con las cobijas.

-Verga, parece un capullo.

-No soy un capullo boludo.

-Mira, Spreen, si no te levantas ahora, te voy a dar unos putazos.

-Anda, intentalo, y verás como te va boludito.

Juan estaba desesperado por hacer qué spreen se levanté, pero ya no sabía que hacer.

Espera, tenía una idea.

Antes que nada fue a darle de comer a puerco araña por qué ya era su hora.

Pero faltaba el, pero ahora no solo era el.

El cuidado de un oso •Spruan•Where stories live. Discover now