El cuidado de un oso •Spruan•

¿Quien sos?

Juan siempre trataba con amabilidad a las demás personas, era muy muy alegre pero cuando se trataba de hablar con spreen era serio y seco, ¿Por qué era así?

Después de haberse quedado dormidos los dos Juan por fin despertó, se movió bruscamente, desacomodando la cama y las almohadas.

Esto hizo que spreen También se despertara.

—¡Juan! ¡Despertaste!

—Si, lamentablemente.

—Te estuve cuidando mientras dormías.

—Claro, hasta que haces algo bien.

Juan se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, spreen se le quedó mirando ¿Por qué era así con el? ¿Que le había hecho?

Spreen un poco confundido se levantó de la cama para también seguirlo, tal vez ayudarlo en algo serviría.

—¿Te ayudo en algo wacho?

—Si, desaparece y no estorbes.

—Pero Juan...

—¿No me oíste? Vete, necesito relajarme.

Desde hace algunos días Juan había estado más enojado, y estresado, actuaba bien con los demás pero no con el oso.

Eso no había Sido así, cuando spreen recién llegó a la casa de Juan se trataban "bien" pero algo había empeorado.

Spreen estaba seguro de que había echo algo.

—Si boludo está bien me voy.

—Gracias a dios.

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Spreen se fue a la habitación de Juan, se sentó en la cama saco su teléfono y llamo a zorman para saber que pasaba.

—¿Zorman?

—¡Spreen! ¿Que tal está Juan?

—Ya mejor ya despertó.

—Lo vez, te dije que estaría bien.

—Si wacho, pero una pregunta.

—¿Que pasa?

—Los últimos días Juan ah estado bueno, un poco cortante, y se a comportado extraño conmigo.

—Mira spreen, lamento decírtelo yo, pero esque aveces eres una mierda con las personas, el a intentado todo para llevarse bien contigo pero al parecer no te has dejado –hizo una pausa— Es normal que el este abrumado por todo esto, quizá deberias llevarte tu también bien con el.

—En verdad crees que eso funcione wacho?

—Juan es de las mejores personas que conozco, no es como tu piensas, inténtalo y verás como si.

—Bueno, bueno gracias capo.

—De nada spreen, y de nuevo, no peleen.

—Creeme que no lo haremos.

—Bien, adiós.

—Adios...

De pronto Juan entro a la habitación, se veía un poco molesto.

Estaba buscando algo en el armario, aventaba las prendas y tenía una cara enojada.

Spreen no sabía que hacer, era un momento un tanto incómodo.

—Spreen Deberías...

—No, no te preocupes wacho ya me iba, voy al jardín un rato, nos vemos después –Dijo interrumpiendo.