¿Eres tú, Ross?

15 5 6
                                    

Nos pusimos en parejas y empezamos a hacer el trabajo sobre las ciencias sociales. Yo no hablaba, eso a Ross le indignó mucho. Escribí en un papel la palabra 'diversidad' que yo creo que es un buen tema, pero el se negó.
—¿Es un tema muy típico no crees?
Le miré con la peor mirada posible.
—Vamos, no me mires así, es verdad.
Aparté la mirada, y al parecer el quería que le mirase porque me tiró del pelo, pero de un modo suave. No paraba. Y lo peor; me gustaba, pero tenía que concentrarme. No quería que un chico con antecedentes me tocara en pelo.
—Para jope! —intenté imitar mi voz de frustrada.
—Por fin hablas.
—Mira, solo voy a hablarte porque quiero sacar buena nota, ¿estamos?
—Vale jefa, ¡pero te calmas eh!
—A mi no me dices que me calme Rossado.—intenté bromear.
—Y a mi no me dices Rossado.
—Bueno, vamos a ponernos ya. Haremos la diversidad y punto.
—¿Y si no quiero?
—Pues te aguantas, pero si quieres hacer otro tema me das argumentos y me convences, que para eso vas a estudiar derecho.
Lo peor de todo es que creo que le gustaba la idea que yo tenía, pero solo quería picarme.
—Vaaaale.
Nos pusimos con los ordenadores a hacer el trabajo y pasó una amigo de Ross.
Bueno, todos son amigos de Ross, es tan popular que hasta en primero de secundaria lo conocen. Su amigo nos rodeó los hombros, a Ross y a mi. No sé porque, pero a Ross no le gustó que nos rodeara. Le fulminó con la mirada, de una manera tan hiriente que llegué a pensar que Ross odiaba al chico.
—¿Me ayudas a escoger un tema?
—Escógelo tú.
Tenía una voz muy serena al contestarle.
—Bueno, pues vale. Pero no me iré hasta que ella me diga su número.
¿Se refería a mi? Bueno... parece un buen partido, ¿no?
Ves a por él.
Y mi comentario interior fue en vano cuando el chico de los antecedentes habló.
—Ella no te va a decir su número.
—¿Y porque no?
—Porque ella no dice nada. No habla con nadie.
—¿Ni con sus padres?
No sabia cómo reaccionar. Había  desconectado de el terrible accidente desde que empezamos el trabajo, cuando por fin he hablado con alguien. Me he sentido libre. ¿Como puedo olvidarme por un momento de una cosa tan importante? ¿Como he podido olvidarme de mi familia?
Antes de que me diera cuenta, ya tenía los ojos llorosos, y a juzgar por como me miran, creo que los tenía rojos y alguna que otra lágrima derramada.
—Vete de aquí, no pintas nada y solo estás empeorando las cosas. Vete.
El "amigo" de Ross, se disculpó y se fue. No sé en qué momento pero, pasaron los minutos y yo me escondí bajo mis rodillas, y Ross adelantó mucho la presentación. La mano del chico frotó mi espalda. Se parecía o como me la frotaba mi padre.
—Oye trabaja de una vez.
Me sequé las lágrimas.
—Perdón. Esque mis padres... yo...
—Está bien, no hace falta que me lo expliques si no quieres pero vamos a ponernos,¿vale?
Asentí con la cabeza.

Los polos apuestos se atraenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora