Ross

5 2 0
                                    

Al día siguiente, era sábado. El día en que Ross me llevaría a su piso a vivir. Había traído una moto.
¡¿Cuantos vehículos tiene este chico?!
No lo se, pero muchos. Deduje que iba en moto porque se escuchó un ruido de una moto abajo del piso, i como vivía en el de más abajo, lo oí perfectamente. Esperé a que tocara el timbre, cosa que no pasó. Escuche como si se partiera algo en mi habitación, y con miedo fui a mirar... pero la verdad no me esperaba eso.
Vi a Ross entrando en mi cuarto.
—Hola Walker.
¡¿Será posible?!
—¡¿Como has entrado?!
—Pues entrando.
—¿En serio? ¡No lo sabía!
—Es fácil.
—Si, ¡pero más fácil es entrar por la puerta!
—¿Y que tiene de raro entrar por la ventana?
—¿Que tiene de raro, preguntas? Espera, yo contesto, ¡TODO!
—Bueno, ya estoy dentro, ven y súbete a mi moto.
Señaló a la ventana, pero obviamente no iba a salir por allí. Le cogí del brazo, bruscamente, y le llevé a la puerta.
—¿Desde cuando sabes tú mi apellido?
Cuando antes me llamó Walker, me sorprendí.
—Desde el día en el que te conocí, Walk.
Dios mío, esa frase había sonado como un actor diciéndolo en una película de romance, aunque después de todo, iba a mi clase, seguro que lo había visto en la lista de los nombres de la clase.
—Ahora tú me puedes llamar por mi nombre.
¡¿Su nombre no era Ross?!
No lo voy a hacer pero gracias por la propuesta.
Me extendió un casco, pero no iba a subir a la moto. Me pare en frente de la moto, él ya estaba subido a ella, pero al ver mi mueca de asco, miedo y terror, se quitó el casco y me miró a los ojos.
—¿Estas de broma no?
—Me dan miedo...
No sé si hacían más ruido sus carcajadas, o el motor del vehículo.
—No va a pasar nada.
—¿Pero y si se cae de lado?
—Yo te aguantaré.
—¿Y si me caigo de espaldas?
—Yo te aguantaré.
—¿Y si me caigo sobre ti?
—Yo te aguantaré.
—Pero y si...
—¡Que yo voy a estar ahí Header! Si te caes de espaldas, te voy a sujetar, si se cae de lado la moto, yo la aguantaré, y si caes sobre mi, yo estaré encantado!
Seguramente me sonrojé, porque es me miró con ternura y posó una mano sobre mi hombro.
—¿De verdad?
—De verdad.
—¿Si me caigo me vas a coger?
—Si.
—¿Y si me caigo sobre ti vas a estar encantado?
Eso último lo dije como burla, con una sonrisa un poco mala. Ahora era su turno para sonrojarse. Nunca lo había visto haciendo eso. Daba risa, pero a la vez, ternura.
—Vamos, súbete.
—Pero...
—¡Está bien! Esta bien, te pondrás a la parte de adelante, aunque tendrás que llevar tu los pedales. Será más seguro; pues yo te rodearé para coger los aceleradores y así no te podrás caer, o mejor, estarás más protegida.
Acepté y me coloqué. Fue raro, pero a la vez cómodo, sentir que estaba protegida por Ross me alivió. Y ahí fue cuando entendí el primer motivo por el que me siento tan bien cuando estoy con él.

Porque confío plenamente.

Confío en que va a hacer lo que dice que va a hacer, confío en que salgan bien las cosas... simplemente confío en él como si me guiara con los ojos vendados. Y por cierto, confiaba en ir en la parte de atrás, pero la idea de ir delante...me pareció extremamente buena.

Los polos apuestos se atraenWhere stories live. Discover now