¿Expulsiones?

12 5 4
                                    

Estuvimos corriendo hasta que nos fuimos del edificio. Ross estaba loco. Estúpidamente loco. Pero no podíamos dejar de reír juntos mientras corríamos unidos. Cada vez que movía su mano de alguna manera, mi piel se erizaba al momento.
Pasamos por una carretera la cual pasaba un coche y...
—¡ROSS!
Por un momento vi a Ross como estaba mi padre en el hospital. Lo frené. Él vio el coche.
—¿Estás tonto o eres así por naturaleza? Ross, casi te atropella un coche.
—Bueno, si me atropella a mi te atropella a ti así que...
—¡Cállate! Te he salvado la vida.
—Habría estado mejor dejarme morir.
—¡Ross!
—Lo digo en serio. Mejor que tener una familia horrible y amigos falsos.
—¿Yo soy una amiga falsa?
—¿Eres mi amiga?
—Eres un tonto.
—¿Y tú no?
Le pegué suavemente en el hombro mientras el reía. En momentos así podía apreciar su belleza. Esos ojos color miel eran tan hermosos. No podía creer que un chico tan tonto fuera tan increíblemente guapo.
—¿Vamos a clases antes de que nos puedan expulsar?
—¡No había pensado en eso!
Me levanté al instante y fui corriendo para el instituto. Cuando llegamos, nos obligaron a entrar otra vez en el despacho del director.
—Os dije que hablarais por las instalaciones, ¡no por la calle!
Iba a decir algo pero Ross me cortó.
—Disculpa director, es que quería hablar más en privado con ella.
—Eso no es excusa, como mucho os habrían dejado una de las salas para tutorías. Ya veremos el castigo.
—¿Habrá un castigo?—dije yo tímidamente.—
—Oh, y tanto que habrá castigo. Pero como que os he dado permiso para hablar, será flojo. Dos meses sin patio.
¿¡FLOJO!? ¿A eso le llamas tú un castigo flojo?
Ese castigo se lo ha ganado Ross solito.
—Header no ha hecho nada, he sido yo el que quería ir fuera. ¿Podría castigarme...solo a mi, por favor?
Ouh, se me partió el corazón al verlo tan indefenso intentado defenderme.
—Lo siento pero esto no se trata de quien es el culpable, se trata de quien sale del edificio, y si no me equivoco, Header ha salido también de aquí.
Dicho esto, nos hizo salir. Y...que bien, tocaba patio. Quedarnos en la clase a no hacer nada. ¡Que divertido!
—Muy bien chicos, el recreo dura quince minutos, así que no volveremos hasta pasado dicho tiempo, pero no os mováis de sitio, ¿si?
Nos limitamos a asentir. Ella se fue.
—Header, lo siento pero yo no quería que acabara así, yo quería pasarlo bien.
—Ross...
—No Header, en serio yo quería hacerte reír, verte más animada...esa vez que te vi llorar me sentí mal por no poder hacer nada... cuando te veo llorar y no puedo hacer nada, me molesta porque, a ver, eres muy encantadora y buena persona ,pero no me quiero ni imaginar lo que estás pasando. Realmente quiero saber que te pasa para poderte ayudar. Puedo preguntarte...¿cuál es el problema?
Menos mal que el estaba detrás mío para que no viera mis lágrimas. Noté que cada una de esas pequeñas gotas resbalaban tan rápidamente que ni siquiera podía tratar de no llorar. A veces podía ser un completo idiota, pero era muy tierno y comprensivo.

Pasó un rato, en ese rato, me sumergí dentro de mi, en mis pensamientos. Noté una regular respiración muy cerca de mi, tan cerca que podía sentir su aliento. Miré entre lágrimas  Y vi que se había puesto delante de mi mesa, de pie. Me regaló una sonrisa y una mirada sincera.
—¿Solo sabes llorar?
Sentí unos cálidos brazos rodeándome, sumergidos entre mis cabellos rubios. Fue un momento de lo más confortante. Si todos los patios iban a ser así, quería que me castigaran todos los días de el resto de mi vida sin recreo
¡Epaaa!
—Pero no te acostumbres a esto, Walker.
Estaba tan perdida llorando, que no me di cuenta que como me había llamado.

Los polos apuestos se atraenWhere stories live. Discover now