Capitulo 4

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Un trato, Olivia.

—Tengo tiempo observándote Anastasia. —Dice El Socio —Sé por qué sufres, qué pensamientos te atacan por las noches. Sé por qué rechazas a las personas que tratan de ayudarte. Conozco el peso de la culpa que llevas en tu espalda. No te perdonas lo que paso. Crees que por actuar diferente nada habría pasado... pero lamento decirte que así no funciona este asunto que conoces por vida.

Solo entonces Ana descubre que tuvo razón al sentirse observada durante todo ese tiempo. El Socio siempre estuvo allí. Ahora que lo enfrenta cara a cara, le parece ilógico acusar a su imaginación de inventarlo todo.

La irrealidad de todo el asunto no hace más que aumentar su incertidumbre, solo puede quedarse quieta, escuchar y asentir. Aunque algo le dice que justo eso lo que busca él.

—Esto sera difícil de aceptar, pero debes saber que Olivia estaba destinada a morir ese día. Incluso si en lugar de ir a esa fiesta se hubiesen quedado en casa como tenían planeado.

El Socio continúa hablando, pero Ana escucha su voz cada vez más lejana. Su memoria retrocede de modo inevitable a aquella noche, cuando aún era Anastasia, la chica más feliz del mundo.

5 meses antes, una pijamada.

—¿La de Timothée Chalamet o No mires arriba?

—¿Cuál de Timothée Chalamet?

—Call me by your name.

—¿Otra vez?

—Sí.

—Mejor veamos algo de terror.

Anastasia y Olivia acordaron ver la película de "La Bruja", después verían algo de Jim Carrie para pasar el susto.

El profesor Julio les aviso temprano que un viaje astral muy interesante le hizo olvidar programar la clase del día, toda la clase adivino de inmediato lo que sucedió en realidad, pero ninguno se mostró inconforme. Ellas, por su parte, decidieron tomarse el día libre para relajarse y ver películas. La mañana siguiente tendrían una reunión de bienvenida en la universidad, y ya estaban lo bastante estresadas al respecto como para querer olvidar el asunto unas pocas horas.

El pitido del microondas les indico que la pizza estaba lista. Olivia se levantó de la cama a buscar los platos mientras Anastasia recibía un mensaje.

Lo habría eliminado incluso antes de leerlo, de saber lo que provocaría después.

08:13

Carlos

Hey Tas!!!

Unos amigos me dijeron que Liv se queda contigo, tiene semanas sin responder mis mensajes. Fiesta en mi casa a las 11, están invitadas la dos.

Anastasia no dudó en responder.

08:13

Anastasia

Vete al demonio Carlos, no vuelvas a escribirme.

—Dile a Josh que vamos a ver una película, a ver si te deja en paz. —Bromeo Olivia.

Traía dos platos con la pizza apilados en una mano, en la otra una botella de Sprite y dos vasos, puestos boca abajo sobre la tapa.

Olivia pudo notar el cambio de actitud en Anastasia. Dejo todo en la cama y la miro, inquieta, esperando a que ella le dijera que sucedía.

—Ya quisiéramos que fuese Josh. —Dijo Anastasia.

Y le muestra el mensaje de su exnovio.

—Qué idiota. —Le dijo Olivia entre risas— ¿Cómo demonios sabe que estoy aquí?

Hablaron un rato más sobre todo un poco mientras comían y miraban la película, cuando Olivia la pauso para ir al baño, dejo un comentario inesperado en el aire, antes de cerrar la puerta, como si quisiera restarle importancia.

—Quizá deberíamos ir a esa fiesta, que todos oigan lo que me hizo imbécil.

<<Debí decirle que no, debí obligarla a quedarnos>>.

—Olivia es una chica muy obstinada, yo mismo me cercioré de ello antes de venir. —Dice El Socio, como si pudiera leer sus pensamientos.

—No. —Responde Ana, sin notar que su voz empezaba quebrarse —Olivia murió, no pudiste hablar con ella, no pudo enviarme un paquete. Está muerta.

Ana solo quiere ponerle fin a ese mal chiste y volver a dormir. Antes de que los recuerdos empiecen a abrumarla.

—Volvemos a coincidir Anastasia, Olivia murió. Pero es menester para ambos aclarar los siguientes puntos si queremos que nuestra negociación sea efectiva: Sí, después de buscar por mucho tiempo pude hablar con Olivia Arezco antes de venir a visitarte, fue tu dolor lo que me motivo a hacerlo; Y sí, el paquete en cuestión fue hecho por ella, cómo logre trasladarlo debería ser obvio, dadas las circunstancias.

El Socio aguarda en silencio la reacción a sus palabras. Y al no recibir respuesta, continúa.

—He aquí mi oferta: Traeré a Olivia de entre los muertos por un mo...

—¡Yo maté a Olivia, está muerta! —Grita Ana.

Se levantó de la silla y golpea la mesa con ambas manos. Sin pensarlo dos veces deja salir toda la ira que lleva cultivando durante meses.

—¡Yo la vi tirada en la calle cubierta de sangre!, ¡la vi en un jodido ataúd!, ¡vi como la abandonaron en un cementerio y lance el puto brazalete que me trajiste!, ¡Ella... está... muerta!

El Socio se queda callado y observa a la chica desesperada, una ligera sonrisa curva sus labios.

<<Ya casi Anastasia.... Dentro de poco serás mía>>

Tanto tiempo evitando reconocer su error hace que todo le explote en la cara. Su poca voluntad llevo a la persona que más quería a la muerte. En algún momento las piernas dejan de sostenerla, Ana cae sentada en su silla y empieza a llorar. El Socio le extiende un fino pañuelo, tras darle algo de intimidad, habla de nuevo.

—Oh Anastasia, me entristece ver no que estás en capacidad de negociar, lo mejor es que me vaya.

De inmediato se levanta, toma su maletín del suelo, se despide con una inclinación de cabeza y camina de regreso a la puerta. Ana no sabe qué hacer, un conflicto de sentimientos encontrados nubla su mente. Reconoce que no tiene la fuerza para tomar una decisión, pero está cansada de nadar contra la marea. Quizá deba dejarse llevar por primera vez en su vida y esperar que no suceda lo peor. Pero el tiempo para decidir se acaba, pues El Socio está por abrir la puerta y desaparecer para siempre.

—Quédese. —Le dice Ana, en un tono casi inaudible.

Aun así, El Socio le entendió a la perfección, y por unos segundos un brillo animal destella en sus ojos, cuando vuelve a verla.

<<Lo logré>>

Las Pesadillas de AnaWhere stories live. Discover now