V: Deja que mis manos sean tu capilla

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SEGUNDO NOMBRE: (trata mis gritos como tu biblia)

AUTOR: florcitti (Ao3)

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— Cristo, deja de pasear jodidamente — Wolfwood se queja y Vash lo mira con ojos brillantes, azules y resplandecientes bajo el sol poniente. Todavía se ve hermoso incluso bajo la luz dura, sin quemaduras solares, con la cara sonrojada y el cabello rubio como un desastre.

Lástima que está siendo irritante como el infierno. 

Vash se para torpemente en medio de su pequeño campamento, se detiene y mira a Wolfwood como un cachorro pateado. 

— Lo lamento. Estoy nervioso, eso es todo — se ríe, rascándose la nuca y formando una sonrisa que se extiende por todo su rostro.

El hecho de que Vash no se queje y le responda le pone los dientes de punta, algo se retuerce en su pecho. No sabe qué lo tiene molesto, pero es suficiente para que Wolfwood se ablande de inmediato.

Nicholas suspiró, sacandose el rosario sobre el cuello y arrojándolo hacia Vash quien lo atrapa con facilidad, envolviéndolo con los dedos con cuidado, logrando que sus lindo ojos brillen.

— Ahí tienes algo con que jugar — murmuró, volviendo a limpiar una de sus pistolas — Así que siéntate antes de que te hagas un agujero en las botas. 

Vash se hunde obedientemente en la arena, dejandose caer de nuevo en su petate y mirando las cuentas del rosario en sus manos. Wolfwood no puede evitar mirarlo por el rabillo del ojo, los pulgares de Vash viajando sobre las cuentas y trazando las líneas de la cruz con las uñas. Lo sostiene con un cierto tipo de reverencia que Wolfwood no cree que provenga de la fe religiosa en absoluto; piensa que tiene más que ver con el hecho de que es su rosario por el cual lo está sosteniendo de esa forma.

Vash lo coloca y tira entre sus delgados dedos, probando suavemente la elasticidad antes de envolverlo sobre su palma. Vash se toma el labio entre los dientes, cruza las manos y deja que la cruz descanse sobre el dorso de sus dedos. Como si estuviera tratando de sostenerlo de la misma manera que ha visto a Wolfwood hacerlo con moderación, sus manos en oración y sus ojos tentativamente encontrándose con los de Nicholas. La boca de Wolfwood se siente extrañamente seca, su garganta apretada.

— Rezas con esto, ¿no? — Vash pregunta, sus pálidas pestañas revolotean.

— Sí, Spikey, para eso sirve — Wolfwood resopla.

Vash hace pucheros pero extiende sus manos, dientes afilados atrapados en su lujoso labio inferior.

— ¿Enséñame cómo hacerlo?

Wolfwood traga saliva y vuelve a mirar las cuentas que sujetan las manos delgadas, blancas y suaves. Ciertamente hay algo por lo que siente que podría arrodillarse y orar, pero no es nada sagrado.

Se aclara la garganta y se acerca, sentándose frente a Vash. Toma sus manos entre las suyas, ajustando su agarre ligeramente. No es del todo necesario, pero hay un sol hirviendo en su pecho, un dolor en el estómago que no quiere nada más que estirar la mano y tocar. Los dedos de Vash tiemblan pero no retrocede, deja que Nicholas lo cambie de posición solo un poco. 

Se devana los sesos en busca de la oración adecuada, sabiendo que muchas veces no se molesta en seguir todos los pasos él mismo. No cree que sepa todos los pasos correctos, algo de lo que está seguro que Vash se reiría de él.

— Uh, comienzas con la señal de la cruz — hace el movimiento con dos dedos — “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”. Algo así, al menos.

✖ Fics collection (VashWood) ❌Where stories live. Discover now