✖ Fics collection (VashWood) ❌

VI: Deja que mis manos sean tu capilla

(2/2)

SEGUNDO NOMBRE: (Trata mis gritos como tu biblia)

AUTOR: florcitti (Ao3)

(Esto puede contener un ligero spoiler del manga)

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Vash ha estado usando el  rosario durante una semana.

Wolfwood está comenzando a pensar que ha cometido un error.

Juega con él a menudo, tocando las cuentas, haciéndolas rodar bajo su pulgar y golpeando sus uñas contra ellas. Solo se lo quita para envolverlo alrededor de sus manos, sosteniéndolo con cuidado entre sus suaves palmas. 

El crucifijo a menudo permanece escondido debajo de su abrigo, pero cuando se detienen en hoteles, cuelga de su cuello sobre el cuero de su traje interior. Hace que la boca de Nicholas se seque cada vez que lo ve, el amplio pecho de Vash y su rosario colgando debajo de su esternón. Y a veces, cuando Vash está concentrado o mirando al vacío, distraídamente se lleva el crucifijo o las cuentas a la boca, con sus labios rozándose en un suave beso.

Lo atrapa murmurando las oraciones que le enseñó en voz baja, los labios presionando contra las cuentas y su voz suave. A veces, sus ojos se cierran y sus pestañas revolotean, largas, delicadas y se abren en abanico sobre la parte superior de sus mejillas. Hace que parezca dolorosamente santo, un ángel rezando en presencia de un sacerdote, labios rosados ​​besando su cruz.

El estómago de Nick se agita con calor cada vez que lo ve alrededor de su cuello, como un marcador de propiedad, como si pudiera esperar poseer incluso una parte de él. Es adictivo ver algo de Wolfwood colgando de él, presionado contra su piel divina y cálida. Vash lo cuida , sostiene el rosario con manos suaves y reverentes, dejando que sus dedos lo acaricien constantemente para asegurarse de que todavía esté alrededor de su cuello.

A Nicolás le dan ganas de dejar que su boca encuentre su carne pálida, saborear una gota de esa divinidad, domar a un Ángel bajo las ásperas palmas de un sacerdote que puede adorarlo. Hace querer mostrarle a Vash cuánto se lo merece , ser desarmado como un calor que se desenrolla y saber que lo volverán a armar al final. Quizá sea el único dios al que Nick anhelaba y quiere adorar, él está dispuesto a arrodillarse y rogar por su retribución, listo para aceptar cualquier cosa que estuviera dispuesto a dar. Ansioso por arrepentirse, por saborear la salvación de la piel de Vash, dejar que la presione en su boca y carne.

Lo vuelve jodidamente loco.

Es al final de esa primera semana que Wolfwood finalmente se quiebra, sentado en una cama decrépita de un motel y viendo a Vash envolver su rosario en su palma antes de que su boca presione contra las cuentas. Todavía está alrededor de su cuello, las cuentas oscuras contrastan con la piel pálida, su boca besando el crucifijo.

Lo único que quiere es enviarlo inmediatamente hacia la maldita pared.

— No era mi intención que intentaras comerlo cuando te lo di, Spikey — se queja, con el estómago caliente y retorciéndose con un deseo creciente que se ha estado acumulando dentro de él durante la última semana. Probablemente más que eso, si es honesto consigo mismo, pero nunca ha sido particularmente bueno en eso.

Vash se sobresalta con un pequeño ruido, levantando la vista del libro abierto en su regazo. Se quita el rosario de los labios.

— No volveré a ponerlo en la boca — él resopla, y las palabras solo evocan imágenes de eso, de su cruz en la lengua de Vash, las cuentas atrapadas en sus dientes, una buena mordaza improvisada. El traga, dando una larga calada a su cigarrillo — ¿Lo quieres de vuelta? — Vash pregunta en voz baja, los labios formados en un ligero puchero que obviamente está tratando de ocultar.