✖ Fics collection (VashWood) ❌

XV: Más adictivo que la nicotina

AUTOR: sataroni (Ao3)

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Nicotina.

Una sustancia química tóxica que se encuentra originalmente en una planta llamada tabaco. Desde la gran caída, los humanos tuvieron que depender de los gusanos para satisfacer sus antojos, y finalmente descubrieron que podían producir una sustancia química similar a la del tabaco.

Aunque se estaba usando para aliviar el estrés, probablemente estaba haciendo más daño que bien.

Era una adicción que infecta la mente de Wolfwood, tanto como sus pulmones. Persiguió el pequeño zumbido que venía con cada inhalación, el alivio lo inundó en el momento en que lo probó.

Su pequeño lujo venía con el paisaje infernal que era su planeta y sus atrocidades.

Nada podría quitarle el borde como lo haría un cigarrillo.

***

Vash aulló, golpeando su cabeza contra el techo del auto, mientras Wolfwood agarraba las manijas de las puertas para sostenerse.

Roberto se quejó, acomodándose en el asiento del pasajero.

— Todos los días me pregunto más y más sobre quién te permitió una licencia, novata.

Meryl puso los ojos en blanco, las manos agarrando el volante con más fuerza mientras se concentraba únicamente en la carretera.

Wolfwood podía sentir la irritación acumulándose en su pecho, habían estado conduciendo durante varias horas sin descanso. Meryl se había acordado de cargar el auto para que no tuvieran que hacer paradas frecuentes como de costumbre.

Tenía las piernas acalambradas y el doloroso deseo de un cigarrillo entre los dedos se hacía más fuerte por segundos. Había intentado dormir cuando sintió el impulso por primera vez, notando cómo Vash a su lado se había desmayado en el momento en que subió al auto, pero la conducción imprudente de Meryl, junto con su inquietud, no se lo estaban poniendo fácil.

— Oye, pequeña — Wolfwood se inclinó hacia adelante, agarrándose del reposacabezas del asiento de Roberto — ¿Podemos hacer una parada por allí?

Ella miró hacia atrás. 

— ¿Para qué?

— Necesito un cigarrillo.

Meryl puso los ojos en blanco, girando el volante abruptamente para evitar varias rocas en su camino.

— Tenías como tres antes de que nos fuéramos de la ciudad.

Wolfwood se sacudió con el auto, casi chocando contra la ventana. 

— Sí, y ahora necesito otros tres para superar tu conducción desquiciada y los ronquidos de Needle-Noggin.

Vash se frotó la cabeza, el lugar dolorido por haber sido arrojado en el vehículo. 

— No ronco tan mal.

— Si tu lo dices — los otros 3 respondieron por unanimidad.

Vash hizo un puchero, desplomandose contra la puerta.

— Entonces, ¿podemos parar o no? — preguntó Wolfwood.

Meryl gimió, inclinándose hacia adelante.

— ¿No puedes simplemente esperar?

— No.

— Vas a tardar una eternidad.

— Cinco minutos como máximo.

Meryl se quejó de nuevo, sin creer sus palabras.

Wolfwood levantó las manos en defensa.