XIV: Como una polilla a una llama

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AUTOR: starpngs (Ao3)

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Wolfwood no está seguro de si cree en un dios. De lo único que puede estar seguro es de la precisión de su dedo en el gatillo, de su habilidad para romper cristales y tragar su líquido enteros. Es un hecho simple, uno que él ha aceptado desde hace mucho tiempo como inevitable e incomparable; no hay nada, nadie, que pueda fracturar alguna parte de él. Nadie, es decir, hasta Vash. Wolfwood no lo admitiría y casi nunca le daría a nadie la satisfacción de sospecharlo. Hace bien su papel. El muro que lo rodea, la jaula que lo encierra, es tan fuerte como el día en que se dio cuenta de que era necesario. Por supuesto, miente, no es más que un tonto delirante porque esa jaula se está astillando por el día, por la noche, por la hora y el minuto.

Observa a Vash desde su lugar junto al fuego, sus ojos se desplazan hacia él una y otra vez desde donde está sentado en el capó del auto. Se ha subido encima, estirándose y gimiendo, de vez en cuando levanta las manos muy por encima de la cabeza para tensar los músculos. Hace que Wolfwood quiera copiarlo, el dolor en su propio cuerpo desenfrenado pero controlado por su necesidad de evitar ser atrapado. Se apoya en su arma, el humo sale de su cigarrillo. Vash está mirando, como suele hacer, las estrellas. Se ha quitado las gafas de la cara y sus ojos vagan, sin parecer aburrirse nunca de mirar las mismas viejas constelaciones. El viento se levanta suavemente, la arena silba cuando roza el metal del auto, los leños del fuego.

Wolfwood supone que noches como esta no son tan malas. Es incluso mejor cuando todos los demás duermen cerca y son solo ellos dos, aunque Vash seguramente no se da cuenta de que la atención de Wolfwood está centrada en él en lugar de en las dunas. Los ojos de Wolfwood recorren la longitud del cuerpo de Vash. Prácticamente ha memorizado la esbelta estatura, la inclinación de sus caderas, el brillo de su brazo protésico y la forma en que sus dedos se curvan para tirar y jugar con un mechón de su cabello rubio. Es habitual, ha señalado Wolfwood. Vash ni siquiera piensa en ello. El cigarrillo se quema bajo antes de que Wolfwood tenga la mente de apagarlo. Instantáneamente, quema otro, volteando su encendedor con su propio viejo hábito.

El ruido llama la atención de Vash y Wolfwood se apresura a mirar la punta brillante. El humo le pica en los ojos, pero no mira hacia atrás hasta que se da cuenta de que la atención de Vash lo ha dejado. Solo entonces se relajará de nuevo, con la intención de empujar su espalda contra su arma y bajar los hombros. Así es como suele pasar. Esta es la rutina. Solo que, esta vez, su mirada de regreso se encuentra de frente. Vash parpadea hacia él, la cabeza inclinada sobre el brazo doblado debajo de su cabeza. Wolfwood aparta los ojos, chasqueando la lengua.

— ¿Tienes algo que decir?

— No — Vash responde inmediatamente — Solo estoy mirando. 

— Bueno, déjalo. Es raro.

La risa de Vash es sutil pero Wolfwood la escucha como si estuviera sentado muy cerca.

— ¿Por qué? Tú lo haces todo el tiempo.

Algo da vueltas en el estómago de Wolfwood. Se aprieta. 

— Sí, bueno, no me sorprendería si de alguna manera lograras salir del auto antes de romperte el maldito cuello.

— ¿Así que estás preparado para atraparme?

Wolfwood frunce el ceño y se quita el cigarrillo de la boca, expulsando una nube de humo gris. Vash se está moviendo, pero se niega a mirar, con la esperanza de que solo esté rodando sobre su estómago como suele hacer para enterrar su rostro entre sus brazos. En el momento en que se desliza del capó del auto y sus botas tocan la arena, Wolfwood está nervioso. En alerta máxima. Se tensa aún más, haciendo un punto para mantener su atención en el horizonte. Elige una sola estrella colgante baja y la mira fijamente, apenas parpadeando. Una bocanada de aire empuja contra él cuando Vash se deja caer a su lado. Se ha olvidado de su abrigo largo, lo que hace que esto sea así, mucho peor sin él.

✖ Fics collection (VashWood) ❌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora