VIII. 1 vs 1

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El tiempo fue pasando muy rápido ya llevaban varias semanas en el mismo paraíso sin competitividad alguna y todo marchaba en paz. O al menos hasta ese día. En una mañana fresca y fragante, Bachira quiso levantarse primero, intentó escabullirse de los brazos de Isagi sin despertarlo, cuestión que realizó de forma exitosa. Se levantó, se higienizó y luego se vistió con sus ropas de blue lock, le daba nostalgia volverlas a usar, pero presumió que sería más cómodo salir a trotar con esa tenida que con una camisa delgada, bermudas y sandalias.

Salió de la habitación y se topó de frente con Rin, la puerta seguía semiabierta. Éste usaba la misma ropa que él. Rin le brindó una mirada de odio como cortesía, y Bachira lo quedó mirando. Al intentar pasar de largo, Rin lo detuvo del brazo, y el de cabellos bicolor volteó a verlo.

—Oye, ¿podrías soltarme? —dijo Bachira.

—Te reto a que te enfrentes a mí en un 1 vs 1 —dijo Rin con bastante confianza.

Rin no era idiota, y sabía que podría vencer con facilidad a su rival de amor. Lo anterior prendió la chispa competitiva en Bachira, pero primero debía preguntarle algo.

—¿Por qué?

—Porque si yo gano, terminarás con Isagi.

—¿Y si gano yo?

—Los dejaré tranquilos y me resignaré.

—Trato hecho —dijo Bachira sin siquiera pensar en las consecuencias de sus actos.

Así, los muchachos fueron a una explanada en plena jungla, el cual era el lugar más propicio para poder jugar un juego de fútbol de uno contra uno. El pasto era liso y tenía un par de cuadras. El viento corría con plenitud y los chicos ya se encontraban jugando el partido. Este avanzó sin complicaciones para Rin, pero no lo fue así para Bachira.

—No volveré a jugar otra vez, entiéndelo —Rin se tocó la frente como signo de exasperación.

—Pero...pero...

—Ya va siendo hora de que te resignes a darme a Isagi —dijo Rin.

Bachira estaba en una disyuntiva. No podía darse por vencido porque no quería separarse de Isagi, pero tampoco Rin volvería a jugar con él otra vez. Sin embargo, qué podría hacer ahora. Oh sí, ya sabía que hacer.

—Claro, sí. Es verdad. Debería resignarme —Bachira hizo una pausa. Miró al suelo y luego alzó la mirada—. Pero, ¿has pensado en que no puedes obligar a que él te ame?

Rin calló.

—Yo soy el dueño de las primeras veces de Isagi. Y él me demuestra todos los días que me ama, si no me crees—Bachira le mostró la marca de beso que Isagi le había hecho la noche anterior, la cual era bastante notoria, pues estaba en el cuello, a simple vista se podía ver—. Así que, aunque rompiera con Isagi y él quedara soltero, él jamás se fijaría en ti.

Rin lo fulminó con la mirada y en ese momento no pudo controlar sus impulsos agresivos, así que le asestó un golpe en la mejilla al contrario lanzándolo al suelo.

—Auch, eso dolió —dijo Bachira sobándose su mejilla.

—¡¿Pero ¡¡¿cómo pudiste golpear a Bachira, idiota?! —intervino Isagi, quien se acercó corriendo hacia el afectado. Una vez que se colocó en cuclillas, y estuvo a la altura de su novio le dijo palabras afectuosas y se levantó. Le tendió la mano a su novio e Isagi lo abrazó.

Luego, aun estando en un medio abrazo con Bachira, se dirigió hacia Rin con una expresión molesta.

—¿Por qué lo golpeaste? —reiteró Isagi.

Unas paradisíacas vacacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora