XV. El salvavidas de la discordia

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Advertencia: Contenido +18. Si no te gusta el Kunigami top y el Chigiri bottom, sugiero que no leas este capítulo (o te saltes esa parte).

Isagi y Bachira se quedaron mirando con complicidad poco disimulada. Pero, no podían culparlos, se gustaban un montón y nadie ni nada podría separarlos ¿verdad?
一Él es como mi hermano/él es como mi mejor amigo 一dijeron al mismo tiempo los aludidos. Isagi dijo lo primero que se le ocurrió mientras que Bachira se inspiró en la conversación que tuvieron Reo, Nagi y Zantetsu.
一Ya veo 一dijo Kuon entrecerrando los ojos.
Los chicos se quedaron mirando con susto, Kuon los miraba con sospecha, para cambiar de foco, Bachira fue a buscar en la mesa de refrescos y aperitivos una copa de jugo natural e Isagi se alejó de Kuon para evitar más preguntas innecesarias y se acercó a Reo y a Nagi, aunque se preguntaba en donde estaban Kunigami y Chigiri, quizás que estaban haciendo...
Isagi iba a acercarse a Bachira para estar con él, pero no contaba con la venganza del rey caído que justo en ese momento miró a Nagi molesto lo único que atinó a hacer fue agarrar a Nagi del brazo, pero éste debido a sus buenos reflejos logró esquivarlo y en su lugar tomó al peliazul del brazo tirándolo al agua.
A Barou no le importó y salió del agua y se fue de ahí. Pero, la cosa era que Isagi no sabía nadar...
Pasó uno, no, dos minutos e Isagi no salía. Bachira se acercó a Reo y  a Nagi preguntándole por Isagi y todo lo que ocurrió después pasó muy rápido y Bachira jamás lo olvidaría.
Un chico desconocido que usaba un traje de baño, pero caracterizado con una trencita nadó hacia Isagi y lo sacó del agua. Lo tendió en el borde de la piscina mientras que él  sin pensarlo dos veces le hizo el RCP para que Isagi reaccionara. Después de haberle hecho el primer ciclo de respiración bucal y la maniobra con sus manos en su pecho, Isagi reaccionó tosiendo agua mientras abría los ojos levemente para ver a su salvador. El desconocido se alejó un poco de él para darle espacio personal pero o bien, Isagi aún seguía ido por el shock o aturdido que de un momento a otro unió sus labios con los de su salvador. Le dio un beso casto.
一Gracias por salvarme, Bach...一dijo Isagi en susurros mientras estaba recuperando la consciencia, poco a poco.
一Eres un idiota, Isagi 一dijo Bachira yéndose de ahí.
Y ahí Isagi cayó en cuenta de que quien lo salvó no fue su novio, sino que otro chico el cual había tenido el descaro de haber besado frente a  Bachira. Cielos, esto se veía complicado.
一Eh, no sé porque me besaste pero soy Kurona, sí 一dijo el de la trencita.
Isagi se tapó su rostro con sus manos, por la vergüenza y por el pudor que sentía en ese momento y luego decidió tomar el toro por las astas. Se levantó de a poco.
一Mucho gusto, Kurona, soy Isagi 一dijo ya enderezado sonriéndole y luego corrió como alma que lleva al diablo a buscar al objeto de sus deseos.
Sí, Isagi olvidó agradecerle a él por haberle salvado la vida misma y dejó atrás también a todos los presentes. Su único deber era buscar a Bachira. Pero una persona por lo general no puede encontrar a quien no quiere ser encontrado ¿o sí? Isagi se sentía preocupado, Bachira podía haber ido a cualquier lugar. Era verdad, ellos estaban siempre juntos, pero jamás se contaron sus lugares favoritos de la isla, entonces, era difícil saber hacia donde él había huído.
Por otro lado, e ignorando todo el alboroto que acontecía en las instalaciones de la piscina había cierta pareja que disfrutaba de la compañía, el calor y el cariño del otro. Sí, Kunigami y Chigiri estaban experimentando su primera vez, sólo sintieron que era el momento justo para hacerlo. Sus roommates no estaban y habían asegurado la puerta con seguro. Estaban en plena sesión de besos, cuando Kunigami fue dejando besos y marcas de besos en el cuello de Chigiri, éste extasiado con el toque de su pareja sólo pudo atinar a acercarlo más a él. Entonces, lo abrazó desde su cuello. Kunigami ya le había quitado la camisa veraniega a Chigiri para esos momentos, por ello, el pelinaranja acariciaba el pecho de su novio con delicadeza. Como si se tratase de un objeto preciado que se podría romper con la más mínima caricia. Kunigami fue dejando más besos hasta llegar a los pezones de Chigiri, en donde, lo lamió mientras que al otro lo acariciaba con una mano libre. Todo lo anterior con un sencillo fin, hacer que su pareja se sintiera en el cielo, cuestión que estaba consiguiendo sin lugar a dudas.
Chigiri quería ver más del cuerpo de Kunigami, pues era perfecto a sus ojos y era tan atlético como cualquier dios griego. Por eso, mientras Kunigami besaba y dejaba marcas en su piel, Chigiri desabotonaba como podía la camisa de su novio. Cuando lo logró, comenzó a tocar de forma suave el torso de él, porque nunca antes lo había hecho hasta ahora.
一¿Te gusta lo que tocas? 一dijo Kunigami con coquetería.
一Sí 一dijo Chigiri avergonzado, pero sin querer ocultar nada.
Kunigami se acercó a Chigiri para besarlo, cuestión que el pelirrosa aceptó con gusto. De esta manera, ahora era Chigiri que quería dejar una marca en el cuerpo de Kunigami.  Era una leve mordida en el cuello, suficiente para lucirlo, o al menos, eso creyó Chigiri. Y además, pensó que con eso ahuyentaría a todas las futuras gatas rompehogares que podrían inmiscuirse en su relación amorosa.
一¿Y ahora qué? 一dijo Chigiri.
一¿Ves esto? 一dijo Kunigami mostrándole algo que parecía ser un lubricante.
一¿Qué es eso? 一dijo Chigiri asustado.
一Ya lo verás.
Kunigami bajó el bermuda que usaba Chigiri, y por ende, su ropa interior también. Empezó a masturbar el miembro de su novio para distraerlo de posibles pensamientos que podrían causarle miedo por no saber que iría a continuación. Chigiri se sentía en el cielo, por los toques de su novio. Pero éste hizo algo que lo hizo sorprenderse. Comenzó a lubricarlo con la emulsión mientras insertaba un dedo en la entrada de Chigiri.
一Eso, eso no me lo esperaba 一dijo Chigiri comenzando a sentir miedo.
一Tranquilo, Chigiri. Sólo te estoy metiendo mis dedos para que no te duela después 一dijo Kunigami一. Sólo debes relajarte.
Para ese momento, Kunigami ya tenía insertado dos dedos e iba a meter el tercer dedo, todo sea para que el amor de su vida se sintiera bien en su primera vez.
Chigiri se crispó y levantó sus caderas porque como su novio seguía masturbándolo él ya estaba por eyacular, y una vez que pasó. Kunigami lo besó para relajarlo, porque lo veía que estaba tenso.
Ahora bien, luego del beso, Kunigami se bajó sus shorts y su ropa interior y se colocó un condón. Después, volvió a besar a Chigiri, mientras aún tenía tres dedos en la entrada de él, de esta forma, y como separaba sus dedos para dilatarlo. Se dio cuenta de que Chigiri ya estaba lo suficientemente preparado para poder introducir su miembro y poder disfrutar de una intensa sesión de sexo desenfrenado con él. Con Chigiri, con el amor de su vida.
Kunigami sacó sus dedos, y de inmediato introdujo su miembro de forma paulatina, es decir, poco a poco. Ante lo anterior, Chigiri se estremeció y lo único que pudo hacer fue arañar la espalda de su novio, porque sí, al principio dolía. Por ello y como Kunigami no era tonto, comenzó a masturbar otra vez a Chigiri para que se relajara un poco más.
一Relájate, mi amor 一dijo Kunigami exhalando一. Ah, eres tan estrecho.
一¿Ya entró todo? 一dijo Chigiri con los ojos llorosos, mientras lo veía a los ojos.
一Sí, me moveré ahora, amor 一susurró Kunigami en el oído del pelirrosa.
Así, las embestidas que Kunigami le daba a Chigiri comenzaron. Éste dejó de lado el dolor y empezó a sentir placer. Por lo mismo, le rogaba a Kunigami que se moviera más rápido, éste lo obedecía en todo momento, porque si Chigiri se sentía bien, él también se sentiría bien. Y así.
Chigiri y Kunigami estaban en una burbuja de amor, pues sus cuerpos se mezclaban y sus respiraciones también. Se besaban, eyaculaban, volvían a hacer el amor y el ciclo se repetía. Parecía que a Kunigami le sobraba estamina, porque él sólo quería embestirlo una y otra vez. Pero llegados a cierta hora de la tarde, Chigiri manifestó que se sentía cansado. Chigiri estaba de espaldas y Kunigami lo embestía por atrás.
一Deja que me corra y nos vamos a bañar, amor 一dijo Kunigami susurrándole al oído.
Y después de que Kunigami eyaculó, ambos fueron a bañarse, Kunigami lo ayudaba a lavarse, porque éste apenas podía enderezarse. Y todo por la grata experiencia anterior que tuvieron hace unos momentos atrás. Se vistieron con poleras deportivas y unos pantalones deportivos.
Cuando salieron, se sorprendieron un montón. Porque vieron a un muchacho atormentado llorando como si le hubiesen quitado un dulce a un niño. Él estaba sentado en el suelo, en posición de flor de loto.

To be continued...

Unas paradisíacas vacacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora