XI. ¿In fraganti?

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Advertencias: contenido para mayores de 18. Y si no te gusta el Nagi top y el Reo bottom, sugiero que no leas este capítulo.

Ellos se comían la boca. ¿Y cómo no? Si el deseo hacia el contrario era tan intenso que los besos que se estaban dando dejaron de poseer esa dulzura característica, y llegaron a ser unos besos apasionados. Reo posaba sus manos sobre el pecho de Nagi, y éste tenía sus manos alrededor del cuello de su novio con el fin de profundizar los besos. Claro, para conseguir eso también tuvieron que usar sus lenguas, y éstas se movían como si estuvieran compitiendo por quien recorría más el interior del otro. Ambos estaban con la temperatura a mil y no podían culparlos. Esa calentura solo iba incrementándose y nada ni nadie podría detenerlos. Reo cortó el beso y ambos con las respiraciones agitadas y con los labios hinchados ligeramente, se quedaron mirando con intensidad inconmensurable.

Reo, posó sus brazos alrededor del cuello de Nagi y éste posó sus manos en su espalda, para poderle dar caricias.

—¿Quieres seguir? —Nagi no esperó su respuesta y atacó el cuello de Reo, dejándole suaves marcas en su piel.

Lo anterior encantó a Reo. Entonces, él abrazó más a Nagi desde el cuello para que éste pudiera profundizar sus besos en esa zona erógena.

—Sí, Nagi —dijo Reo entre suspiros, porque la sensación lo hacía perder la cabeza.

—¿De verdad? —Nagi dejó de darle besos, y lo miró frente a frente para así poder asegurarse de lo que pasaría en los momentos próximos.

—Sí, quiero ser tuyo —dijo Reo desviando su mirar hacia el suelo y no era porque mintiese, sino que más bien era por pudor.

Y Nagi no dejó esperar ni un segundo más. Y sí, tenía muchos deseos de obedecer a Reo, porque satisfacerse a él mismo pensando en Reo ya no era suficiente. Necesitaba más acción y qué mejor que con su novio ¿no?

De esa manera, Nagi apresó una vez más los labios de Reo y éste se dejó querer moviendo sus labios de igual manera para seguirle el ritmo. Luego, Nagi fue besando el cuello de él, su pecho y le acarició y lamió los pezones de Reo, ante lo cual él solo pudo suspirar. Pero el pelimorado no quería ser el único que sintiera placer en ese momento, así que posó sus manos por el cuerpo de Nagi, acariciándolo en el proceso y bajando poco a poco sus manos mientras tomaba la iniciativa de forma inesperada para besarlo. Lo anterior sorprendió al peliblanco, pero no opuso resistencia alguna. Pero lo que más le impactó, fue que Reo había posado sus manos en el miembro de Nagi, de esta manera, Nagi abrió sus ojos en sorpresa y luego gimió por el placer que le estaba brindando su novio con sus manos. Reo movía sus manos con destreza y sintió la cabeza de Nagi sobre uno de sus hombros, pues este estaba sumido en el placer.

—Un poco más rápido, Reo —dijo Nagi en el oído a Reo.

El pelimorado obedeció y después de ello, Nagi eyaculó. Él gimió de forma gutural al ocurrir lo anterior, pero él quería más, mucho más de Reo. Quería estar dentro de él. Entonces, dio vuelta a Reo y éste no se opuso. Pues sospechaba lo que ocurriría y si, de seguro era eso.

Nagi metió uno de sus dedos en el agujero de Reo para poder dilatar dicha zona. Ante lo cual, Reo lanzó un gritito ahogado por la extraña sensación que sentía en ese momento. Nagi metió el segundo dedo y ambos comenzó a moverlos de forma lenta para que su novio se acostumbrara al toque. Luego metió el tercer dedo y Reo gimió de forma profunda. ¡Bingo! Nagi había encontrado su punto del placer. Así que, iba a llevarlo al mismo firmamento pues ya estaba dilatado lo suficiente y el agua servía como lubricante.

Antes de que Nagi siguiera con lo suyo, le susurró al oído:

—¿Estás seguro de que quieres esto, Reo?

Unas paradisíacas vacacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora