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Estoy tardando un poquito más en escribir el capítulo 14, así que subo uno nuevo porque llevo mucho tiempo sin subir y no quiero abandonar (aquí, en Wattpad) a Akira y a Kayden.

He escrito escenas que>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

:)

He optado al final por dormir un rato, ya que me sentía cansada. Me he quedado dormida con los auriculares puestos. Ahora no estoy escuchando nada porque se han quedado sin batería.

Y por fin son las doce y veintinueve de la noche.

Me encuentro en el taburete negro que tengo en el balcón, mientras veo cómo se van haciendo más y más notables las estrellas y me muerdo una uña, distraída. Poco a poco, los astros van tomando forma, de tal manera que cada vez son más visibles.

Es cuestión de esperar tres minutos cuando el cielo ya está repleto de puntos blancos y brillantes, puntos que, en tu oído, cantan historias.

Está como siempre; un cielo embadurnado de un color índigo y salpicado con miles de puntitos blancos centelleantes.

Y también está la molesta luz del piso de arriba de la casa de Lúa donde el inútil de Kayden está ahí, sentado en un taburete parecido al mío, con un café con hielo en la mano, degustándolo a través de una pajita de plástico. Su vestimenta es toda de color negro; pantalones anchos, con bolsillos a los laterales negros, sudadera cinco tallas más grandes negra, zapatillas Converse desgastadas negras... Las prendas hacen un bonito contraste con su pelo rubio, enmarañado, despeinado y alborotado y con sus ojos marrones, parecidos a los míos.

¿Y si mi próximo cuadro lo hago de Kayden, suspendido, boca abajo, al estilo Casiopea, pero en vez de ser en el cielo, en el balcón de mi casa y con cinta aislante en la boca para que no moleste?

¡Akira, Kayden ahora no nos ha hecho nada!

¡Pero nos cae mal!

¡Pero no ha hecho nada!

¡Es igual, ha sido un pensamiento intrusivo!

¡Déjale tranquilo! Para un día que no molesta...

Suelto un suspiro inevitable y no puedo contener mi mirada, que le observa de reojo.

Es idiota.

Como la desgracia está en mi espalda siempre, su mirada recae sobre mí. No es incómodo, pues antes de que me haya mirado he cerrado los ojos y he echado la cabeza hacia atrás para dejar mi mente en blanco. Y, cómo no, como él es Kayden y tiene que joderme la vida, abre la boca.

─ ¿Tanto te harto?

¿De verdad piensa que estoy así de molesta por él?

Ah, ¿que no es por él?

¡No! ¡Conciencia, no ayudas! ¿¡No tienes un botón de apagado o algo!?

No puedes engañarme sabiendo que tú eres el títere y yo, Conciencia De Akira Abbey, la titiritera. Es lo que hay. Te fastidia su presencia.

A todo el mundo.

Te repito qu...

¡Cállate! ¡Duérmete! ¡Apágate! ¡Me estresas!

─ Me molesta bastante tu presencia, sí, pero ahora mismo no eres en absoluto el centro de mi atención ─ le respondo lo más borde que puedo ─. Así que cállate durante el resto de la noche.

─ Vale.

─ He dicho que te calles.

─ Per... ─ quiere replicar, pero ve que le dedico una mirada fría y cierra la boca, para ignorarme después y mirar el cielo ─. Como sea.

Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora