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Estoy en mi casa, ya que Lúa ha vuelto a adueñarse de su cama. Miro su casa.

Lleva todo el día nevando.

Sí, nevando.

Tengo intención de, cuando sea la hora de mirar las estrellas, es decir; dentro de dos minutos, irme al bosque a disfrutar de la nieve, con Kayden, mientras Lúa duerme. Es una dormilona.

El bosque está cubierto de una capa de nieve lisa y perfecta. En los árboles también se acumula la nieve, y los copos van cayendo del cielo. Parece que son estrellas.

Me calzo y salgo a esperar a Kayden, sentada en los troncos.

Miro al cielo de nuevo. Un copo de nieve me cae en la frente y hago una mueca.

Nada quema como el frío.

─Akira ─escucho la voz del rubio a mis espaldas─. ¿Vamos?

Me levanto, le miro de arriba a abajo y no puedo evitar sonreír. Asiento con la cabeza.

─Vamos ─me río, y echo a correr. Siento la nieve y la brisa golpearme el rostro con fuerza, y escucho a Kayden llamándome por detrás riéndose.

Nieva como si le hubieran roto el corazón a las nubes.

Después de un tiempo corriendo, los brazos de Kayden me rodean la cintura. Nuestras carcajadas podrían ser constelaciones.

En el centro del bosque, en ese árbol tan especial, nos sentamos a ver la nieve, la luna y las estrellas. Dejamos huella en la nieve cuando nuestros cuerpos la tocan. Sonrío y le miro, pero él ya lo hacía conmigo antes.

─¿Qué?
─Le he hablado a las estrellas fugaces sobre ti ─susurro, sin dejar de mirar la luna.

La luna sabe que ambos estamos enamorados.

La luna sabe que yo estoy enamorada de Kayden, y de quién está Kayden enamorado. Solo que eso último yo no lo sé bien del todo.

Sonríe.

─¿Sabes, Akira? ─pregunta Kayden, rompiendo el silencio─. No necesitas mucho, solo a alguien que pueda leer tus ojos, entender tu silencio, terminar tus frases incompletas y besar tus grietas.

─¿A qué te refieres?

─Mierda, tienes ojos de que, si ahora te doy un abrazo, romperás a llorar. Akira, llevas toda la vida creyendo que nunca serás amada, pero te equivocas. Si tuviera que elegir entre el sol y tú, te vería bajo la luz de la luna a todas horas.

Le miro con la mirada nublada y mi corazón saltando.

Aunque quizá él solo me vea como un ligue, yo me emociono siempre que me dice algo bonito.

Me cuesta mucho creer que Kayden siente algo por mí, llevo toda mi vida refugiándome en un bosque y en estrellas, alejándome de la gente, de mí misma.

Por eso suelto la pregunta:

─Kayden, ¿estás enamorado de mí?

Me mira, pero se queda en silencio.

Cada segundo de silencio, es un golpe a mi corazón más. Es como si un cristal en mi interior se rompiera.

El silencio a veces duele más que las palabras.

─¿Estás... enamorado de mí? ─susurro en un aliento entrecortado. Siento que voy a llorar.

Toma aire, pero no dice nada. Se queda quieto, mirándome.

Trago saliva, aparto la mirada y miro al cielo. Ahora todo es incómodo, doloroso, triste. Siento nuestros corazones tan cerca y nuestros cuerpos tan lejos...

Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]Where stories live. Discover now