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Qué noche de mierda.

No puedo dormir.

Si ya de por sí el insomnio se resguarda cada vez más tras mis hombros, el hecho de estar escuchando una guitarra eléctrica proveniente de una casa cercana que no sé reconocerla ahora mismo, tocando con profesionalidad Stairway To Heaven, de Led Zeppelin no ayuda. No solo lleva escuchándose unos pocos minutos, lleva escuchándose desde que me metí en casa de nuevo una vez que las estrellas desaparecieron.

La respectiva persona de la guitarra eléctrica toca muy bien, pero a estas horas el silencio es sagrado.

Ha tocado desde Smells Like Teen Spirit, de Nirvana, hasta Hey Jude, de The Beatles.

─ ¡Joder, no son horas! ─ Espeto, mientras me levanto de la cama y abro el ventanal para salir al balcón y dejar que el aire nocturno me golpee el rostro y así despejarme.

No sé si lo de salir ha sido buena idea o no, porque acabo de ver desde la distancia el responsable de la guitarra.

Es Kayden.

Está en su habitación, con unas luces led rojas que rodean el techo como iluminación, vestido con la misma ropa de siempre y su expresión inerte. Entre sus dedos se encuentra una púa, se le marcan las venas, tiene los brazos tensos. Hace magia con la guitarra. Tiene el pelo mojado, no sé por qué, quizá se haya dado una ducha. No se ha inmutado en secárselo, los mechones le caen sobre la frente, húmedos y despeinados.

Se ve atractivo así...

¡Conciencia! ¡No!

Perdón...

¿Por qué siempre apareces en los peores momentos?

Porque es mi función en la vida.

Anda, cállate un rato.

Ha terminado la canción que toca, ahora está sonando la música de su guitarra por encima de la letra de la canción y de la guitarra del guitarrista del grupo. Distingo desde la distancia la introducción ─ la maravillosa introducción ─ de Since I Don't Have You, de Guns N' Roses. Creo que tiene una playlist y va tocando las canciones según le van saliendo. Se le ve concentrado, como que no le importa lo demás. Es una guitarra blanca, que parece que está más cuidada que él mismo.

¿Te has fijado en la habilidad que tiene en los dedos? ¡Mira cómo domina la púa! ¿Estás pensando lo mismo que yo?

¡Joder, Conciencia, cállate! ¿Cómo puedes ser tan... calenturienta?

No sé cuánto tiempo he estado mirando, pero no me he dado cuenta de que ha dejado de tocar para mirarme. Me ha visto. No, rectifico, me ha pillado mirándole como una idiota.

Sale al balcón, mientras que mi cuerpo se congela. Me niego a verme vulnerable ante él, por lo que no me doy media vuelta antes de que desate cualquier tipo de situación incómoda.

─ ¿Sabes? No son horas de tocar la guitarra. ─ Desafío molesta, antes de que pueda soltar cualquier mierda ─. Hay gente que quiere silencio.

─ Con la gente, ¿te refieres a ti? ─ Enarca una ceja, su guitarra eléctrica descansa sobre la cama blanca y sencilla en la que estaba sentado antes. Me quedo callada porque, sí, me trae sin cuidado si la gente quiere silencio o no, así que, asumiendo la humillación interior, él adivina mi respuesta ─. No hace falta que respondas, sé la respuesta. Te importa poco lo que quiera la gente, la que quiere el silencio eres tú. ¿Sabes qué haré ahora al entrar de nuevo en mi habitación?

─ ¿Seguir tocando la guitarra sin que te importe una mierda lo que te diga? ─ Deduzco con ironía.

─ Exacto.

Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]Where stories live. Discover now