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Ya son las diez de la noche y cada vez hay más emoción en el ambiente. Por petición de Lúa, vamos a jugar a «Yo nunca», por lo que estoy sola ─ repito: SOLA ─ con Kayden en su habitación porque ella ha ido a por bebidas... de mayores.

Es decir: bebidas alcohólicas.

Me muerdo las uñas por los nervios. Kayden analiza la habitación, distraído. Yo me esfuerzo por no mover ni un músculo. Llevamos solos casi cinco minutos y lo único que hace la situación menos incómoda es que aún suena la música. Acaba de terminar de sonar Home, de Goo Goo Dolls y ahora empieza Stargirl Interlude, de The Weeknd y Lana Del Rey.

Será un capullo, pero sus gustos musicales son impecables.

─ ¡Ya estoy aquí, parad de llorar! ─ Dice Lúa con un tono irónico en cuanto entra por la puerta con las manos ocupadas por botellas y vasos.

─ Modesta... ─ concluye Kayden y suelta una pequeña risita ─. Mañana vamos a tener resaca, me juego lo que quieras a que te emborrachas tú primero.

─ Cállate, imbécil.

Todos nos sentamos en el suelo. A diferencia del cuarto de Kayden, el de Lúa tiene una lámpara en el techo, pero no la estamos usando. Tiene encendidas unas luces led, como las que tiene Kayden, en color morado.

La canción cambia a R U Mine?, de Arctic Monkeys y Kayden sube el volumen.

─ Bien, creo que podemos empezar ─ Lúa nos reparte los vasos, los llena con licor y decidimos el orden que vamos a seguir para el juego ─. Yo nunca he entrado a una fiesta sin estar invitado.

Lúa bebe y Kayden también. Yo no lo hago. No porque sea la típica de las películas adolescentes, sino porque no salgo de fiesta. No me gusta salir, simplemente.

─ Joder ─ dicen los dos a la vez mientras el alcohol les quema la garganta. Lúa hace una mueca, pero Kayden no se inmuta, solo se lame los labios y mantiene su expresión inexpresiva.

─ Yo nunca... ─ Es mi turno y no sé qué decir ─. Yo nunca he robado en una tienda.

Todos bebemos.

─ Antes de nada, no quiero que nadie se alarme. Tengo aspirinas en el cajón. ─ Advierte Lúa y todos echamos a reír. A Kayden le salen pequeños hoyuelos y se le achinan los ojos.

Yo disimulo una mueca al notar el alcohol bajar por mi garganta.

─ Kayden, te toca ─ aclara Lúa.

─ Yo nunca me he despertado en un lugar extraño porque iba muy borracho.

─ Hijo de puta... ─ seguido de eso, Lúa bebe.

Kayden le ofrece una media sonrisa y estira las piernas aún más.

─ Lúa, ¿por qué me llamas así? Has herido mis sentimientos ─ dice con ironía.

─ Vete a la mierda. Lo sabes perfectamente ─ le reprocha.

─ Yo no lo sé. ¿Por qué le has llamado así? ─ «Porque tienes toda la razón», quiero decirle ─. Si puedo saberlo, claro.

─ Porque en enero del año pasado, salí de fiesta y bebí tanto que acabé en Stirling. No preguntes cómo, pero acabé ahí, y Kayden tuvo que salir a las tres de la mañana a buscarme en secreto.

─ Qué bien ─ concluyo.

─ Bueno, creo que me toca ─ se queda pensativa y sonríe con malicia ─. Yo nunca me he hecho un tatuaje a escondidas de mis padres.

Yo bebo, Kayden bebe.

─ Vete a la mierda, Lúa.

─ Era una revancha ─ se gira y me mira ─. Espera, ¡tú también has bebido! ¿Qué te tatuaste? ¿Cómo fue?

Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]Where stories live. Discover now