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NOTA DE LA AUTORA:

capítulo medio corto, pero bonito <3

lo he escrito en dos horas. SOLO.

hoy estoy inspirada, jsjsjsjsj

Salgo de la ducha envuelta en una toalla y con el pelo mojado, que me lo estoy cepillando con los dedos.

Me cambio de ropa rápidamente porque tengo algo de frío y, justo antes de colgar la toalla para que se seque, me miro al espejo.

Me miro al espejo y siento decepción.

Según Lúa, Kayden también siente algo por mí.

Pero, ¿cómo va a sentir algo por mí? No tengo nada bueno que ofrecer. Estoy llena de defectos, complejos, traumas, y odio hacia mí misma.

Pestañeo, pero tengo la vista nublada. Lágrimas traicioneras corren por mis ojos.

Y, no, no lloro porque dudo que Kayden me corresponda. Porque no estoy enamorada. Solo es atracción. Lloro porque, desde que me vi por primera vez en un espejo, he sentido desagrado con lo que veo. Desde pequeñita. Siempre he evitado mirarme en los espejos, pero hay veces en las que es inevitable hacerlo.

Se me escapa un sollozo.

Mierda.

¿Por qué todo lo que veo en mí es algo que quiero destruir pero a la vez abrazar?

¿Por qué me deseo lo peor?

¿Por qué mis ojos no brillan, como los de el resto?

Esa última pregunta lleva rondando por mi cabeza años. Décadas. Desde que pude empezar a entender y a pensar con claridad. Con seis años, e iba a clase, en los recreos, sentada, sola, en una esquina, veía a los demás niños con un brillo casi deslumbrante en los ojos. Y yo, sin poder evitarlo, pensaba en los míos. Y lloraba sin poder evitarlo. Porque los míos nunca han tenido esa motita blanca y deslumbrante. Pero nunca lo he preguntado. Ni siquiera a Dianna. Es una pregunta que me guardo para mí misma, que llevo arrastrando años, y años, y años. Y sigo sin encontrar respuesta.

Los ojos de Lúa brillan, los de Kayden también. Los de Dianna brillaban. Un poco menos, pero lo hacían. ¿Por qué los míos no?

Siento que las lágrimas salen con imprudencia y sin mi consentimiento, así que me tapo la boca para no ser escuchada mientras lloro.

Siento mis manos frías y una presión terrible en el pecho.

Doy tres pasos lentamente hacia atrás, sin poder dejar de mirar la borrosa imagen de mí en el espejo. Cuando choco sonoramente con la puerta, me deslizo hasta que estoy sentada en el suelo, con las piernas en mi pecho.

Trago saliva. El nudo de mi garganta duele.

Quiero quererme.

Quiero valorarme.

Quiero verme en el espejo y sonreír.

Quiero que, al verme, lo primero que vea sea mi brillo. Esa luz que lleva apagada toda mi vida.

El dolor quema, desgarra, arrasa. Es un dolor interno.

No hay peor dolor que uno interno, porque ese es difícil de curar. Y no siempre se puede.

Y duele más saberlo.

Darse cuenta.

Darse cuenta de que hay algo roto en ti, y que jamás podrá ser arreglado.

Es como un golpe de realidad lo que siento cuando llaman a la puerta del baño. Pero no puedo moverme. Estoy paralizada. Helada. Me falta el aire. Estoy teniendo un...

Cuando las estrellas dejen de brillar (destacada de ROMANCE JUVENIL 2023) [#1]Kde žijí příběhy. Začni objevovat