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Desde que era pequeña recuerdo verlo pasear por la casa, de arriba a abajo con papá, siempre invitado a las reuniones familiares y fiestas en general. Siempre ha estado ahí, para Mick, para papá y mamá, para mi.

Siempre ha sido él.

Y sí no me falla la memoria, no recuerdo vivir algún día sin sentir atracción hacia él. No recuerdo día en que no encontrara excusa para estar entre sus brazos o noche en la que no le pidiera me contara una historia para dormir.

Era algo platónico.

Nunca me trató más que como a una niña, le gustaba decir que era su "querida princesa" o su "niña pequeña" algo positivo de esto, es que al menos consideraba que era suya, de un modo inocente, claro está. Mi punto, yo no quería que me viera como una persona angelical.

Quería que me viera como una mujer.

Todo esto lo repetía en mi mente, mil y un veces, hasta llegar al llanto por sobre pensar, por sentirme, bueno, no sabia como me sentía. Solo sabía que lo quería, de algún modo u otro, lo quería.

Podría jurar que lo amaba.

Hoy era uno de esos días donde no me sentía bien, en unas cuantas semanas cumpliría 19, Mick estaba tan emocionado, quisiera sentirme igual que él.

Yo en realidad tenía miedo.

Y siempre que estaba asustada, iba a su cama, no de la forma en que desearía, pero sí buscando refugio. Calor entre sus brazos y sábanas, comodidad en sus palabras.

Me sentía amada cuando estaba con él.

No me mal entiendan, pero hace mucho no convivía con papá, él estaba en terapia después de el accidente y yo detestaba verlo así, me dolía verlo sufrir, estar alejada de él me hacía daño, con el pasar del tiempo pareciera que él y yo nos volvimos extraños. Rompiendo mi corazón en mi mil pedazos.

Obligándome a buscar hogar en otros.

Después de haber intentado varias veces entablar lazos con algún niñato, me di cuenta que nunca podría enamorarme de alguno de ellos como lo estaba de él.

Del mejor amigo de mi padre.

Jamás podría sentir por ellos la emoción que siento cuando besa mi frente y promete que todo estará bien, no podría verlos con el brillo con el que apreciaba a él.

Sebastian Vettel.

Ninguno de ellos sería él, ninguno me haría sentir como él, solo tenía ojos para él, aún sabiendo lo imposible que era, lo estúpido que era pensar en que quizá el algún día me vería como yo lo veía. 

Pero para él solo soy una niña.

Todo esto me lastimaba cada vez más, lo que más que jodía, era enterarme de la fama que tenía, de cómo todos lo consideraban un mujeriego. Saber eso me formó una quizá no tan pequeña inseguridad. 

Lo que daría por ser una ellas.

Poder enamorarlo y estar entre sus brazos, desnudar mi cuerpo y alma solo por él, probar sus labios y rozar nuestras manos.

Rogaba al cielo porque su corazón fuera mío.

Esperaba algún día poder ver sus sueños haciéndose realidad, desperdiciar mi vida junto con él, conocer sus secretos y cumplir sus fantasías.

Haría hasta lo imposible por él.

Guardaba un poco de esperanza, planteando escenarios que probablemente nunca pasarían, pero por un momento parecían reales cuando tomaba mi cuerpo en sus brazos para ponerme sobre regazo, acariciando mi cabello, todo esto solo en busca de calmar mi dolor.

Perdida en sus ojos encontraba la solución. 

Quizá en el futuro recordaría esto y me reiría, quizá en el futuro viva atormentada por su amor, quizá en el futuro pueda estar a su lado.

Tal vez y solo tal vez, yo sería suya y él mío.







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ᴹʸ ᴮᴱᴸᴼⱽᴱᴰ

My little girl - Vettel!जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें