0.8

3.6K 384 57
                                    



-Dime pequeña, ¿vas a ser una buena niña para mi?-

✮✮✮

Aun con sus manos en mi cuerpo llevo sus dedos a mi intimidad y analizando mi reacción con cuidado metió uno de ellos.

-¿Duele?- pregunto al ver cómo me sobresalte y frunció mi rostro.

Negué con la cabeza y moví un poco mis caderas, esperando a qué él comenzara a darme más placer del que ya sentía.

-Más Seb, por favor.-

Hizo caso y empezó a mover su dedo, al ver que mis jadeos se hacían mi fuerte y ya me había acostumbrado al movimiento agregó otro dedo, haciendo que soltara un silencioso gemido.

Soltaba algunas risas al ver mi vulnerabilidad y también intentando relajarme puesto que él aún notaba mi timidez. Con su otra mano acariciaba mis pechos y enredaba su dedos en algunos mechones de cabello.

-Te voy a hacer una pregunta.- apresurando el movimiento de sus dedos se agacho para dejar sus labios a la altura de los míos. -Los niños que has conocido... ¿Te hacen sentir así de bien?-

Yo no podía unir las palabras, lo único que salía de mi boca eran gemidos que intentaba acallar mordiendo mi labio. Él, al ver esto, sacó sus dedos y giró mi cuerpo, de algún modo acomodo mi cuerpo para quedar boca abajo, elevo mis caderas y me dio una palmada en el trasero.

-Respóndeme princesa o no te tocaré.-

Rechiste por la pérdida de su tacto e intente reclamarle, así que me recargue sobre mis caderas, quedando en cuatro de algún modo, hizo in desordenada coleta con mi cabello y pego mi espalda a su pechos.

-No, esta vez no obtendrás lo que quieras con poner bonita cara.- gemí el sentir si prominente bulto en mi trasero.

-Seré buena Seb, por favor.-

Soltó mi cabello y tomó mis caderas para voltear me cuerpo, me beso con relativa rudeza y al separarnos por la falta de aire hablo.

-Abajó.- entendí a lo que se refería y con prisa hice lo que me pidió, quedando a la altura de su polla.

Me miro con lujuria, como lo había hecho desde que llegue a su habitación. Mis dedos llegaron al borde de sus calzoncillos. Él acabo de bajarlos por mi y tomó su hombría entre manos.

-Abre.- obedientemente lo hice y comencé a bombear mi mano y boca en busca de complacerlo. -Eres increíble, pequeña.-

...

Llego la mañana y estaba segura que mis piernas seguían temblando. Tras varias horas de haber estado juntos en distintas posiciones y el divertido sobrestimulando mi cuerpo. Yo probando sus labios y polla, dándonos placer mutuo.

Estaba completamente desnuda en su cama, mi cabeza recargada en su pecho y su mano descansando en mi trasero. Hacia apenas unos minutos que había despertado y no lograba quitar las sonrisas de mi rostro.

Tan solo recordar me humedecía nuevamente.

-Buenos días, princesa.- giro nuestros cuerpos y esta vez su cabeza estaba recargada en mi pecho.

Su voz ronca logró hacer que la excitación volviera a recorrer mi cuerpo.

-Buenos días, guapo.- sonreí embobada por sus lindos ojitos.

Era algo extremadamente lindo saber que a pesar de ayer estar follándome con dureza, agregando palabras que cualquier otra persona considerarían degradantes ahora me estaba abrazando y mirándome como un niño chiquitito.

Dejo escapar un risa, una que parecía ser para si mismo, saco su mano de las sábanas y apretó mi pecho, riendo al hacerlo.

-Tonto.- me uní a su risa mientras él dejaba reposar su mano ahí.

-¿Fui muy rudo ayer?- me miro con genuina preocupación al ver las marcas que había hecho en mi cuello y otras áreas.

-No, de hecho, fue perfecto.-

-¿Quieres ir a desayunar?- se levantó un poco y se acomodo a la altura de mi boca.

-Solo quiero quedarme así contigo.- me estire y le di un corto beso.

-Bien... pero dame un beso.- le di otro corto beso. -Así no.- me reí y arrugué la nariz.

-¿Entonces cómo?-

-Así.- tomo mi rostro y me acerco a él, dándome un lindo y largo beso, dejando fluir la pasión y los sentimientos de por medio.

Deje escapar un jadeo y rodee su cuello con mis brazos. Después de un bueno rato, nos separamos y me empecé a reír. Tape mi cara con mi manos intentando cubrir mis mejillas ahora rojas.

-Ahora sí te pones roja, pero ayer rogabas por más.- él se unió a mi risa.

-Debería regresar a mi habitación.- intente sentarme pero sentí un ligero malestar.

-Yo provoque eso.- empezó a burlase de mi. -Te dejaré ir, sí es que puedes claro.-

-Tonto.- golpee sin fuerza su hombro.

-Deberías cuidar esa boquita si no quieres que yo le de otro uso como castigo.-

Volví a sonrojarme y él empezó a reír por esta razón, acaricio mi cabello y me dio un beso, se levantó y me dejo ahí sentada. Cuando regreso me dio mi sostén y mi pijama. Empecé a vestirme al igual que él, sin embargo no lograba encontrar mis bragas.

-¿Buscas esto?- entre sus dedos estaban mis braguitas. -Las guardaré, para después. Ya sabes, un recuerdo.-

Me reí y le saqué la lengua infantilmente, me siguió el juego. Ambos acabamos de vestirnos y me ayudo a levantarme para poder ir a la cocina.

-¿Qué quieres desayunar, princesa?-

-A ti, Seb.-




█║▌│█│║▌║││█║▌║▌║

ᴹʸ ᴮᴱᴸᴼⱽᴱᴰ

My little girl - Vettel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora