1.7

2K 219 20
                                    



– Ya sabes, ser mi novia. Formalizar...–

✮✮✮

Novios... –

Un hilo de voz salió, con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora somos novios y por alguna razón me suena tan infantil, genuinamente inocente.

– Eso es lo que somos princesa, novios. –

Con entusiasmo sonrío de igual forma que yo, apego mi cuerpo al suyo y nos quedamos unos minutos así; en un silencio cómodo.

En mi mente vagaba sin cuidado la idea de nosotros, en un futuro estando juntos, poder decirles a todo el mundo que estábamos juntos, inclusive casi como una estrella fugaz pensé en papá y en Mick acompañándome al altar, pero fue tan rápido el destello qué pasó desapercibido, más en mi corazón había quedado impresa la idea.

– ¿Me das un beso? –

Un murmullo llegó a mis oídos y mi vista se dirigió hacia él, sus labios rosados, sus mejillas con un ligero rastro de barba, su cabello dorado y sus perfectos ojos.

Podría perderme en ellos y no me molestaría nunca encontrar la salida.

– Lo voy a pensar. –

Plante un pequeño beso en su frente, no sabía que hacer, por extraño que pareciera, los nervios me llenaron sin razón aparente, pero aún con una punzada en el pecho, bese sus labios y deje escapar una risilla al ver cómo dejaba salir un suspiro.

Nos besamos sin parar, enrede mis dedos en su ondulado cabello y él apretó sus manos en mi cintura, recorrió mi espalda con sus dedos y dejó su mano reposar en mi mejilla.

Al separarnos por falta de aire, nuestras frentes se unieron y nuestra agitada respiración se volvió una, debo decir que en ningún momento pude ocultar la sonrisa en mis labios.

Sin embargo muy en el fondo ambos tenían miedo, él le tenía pavor a la idea de arrebatarle esa perfecta sonrisa y apagar el brillo en sus ojos.

Ella temía qué él la abandonara de nuevo, dejando su corazón hecho mierda.

Y aun con todo en contra, ambos estaban dispuestos a enfrentar esos miedos, al menos eso daban a entender.

Estaban en ensimismados en su conversión que se sobresaltaron cuando escuchar los toques en la puerta del piloto.

– ¡Sebastian! –

Todo indicaba a qué tenía una agenda ocupada, ella acomodó su ropa y peinó su cabello, ayudando al aleman a hacer lo mismo.

Amor... Póntela, por favor. –

Le brindo una de sus camisas, aun con su perfume impregnado. Adoraba la idea de empezar una nueva colección de ropa.

Con prisa retiro la parte superior de su cuerpo y se puso la camisa, de miró al espejo y con gracia intento acomodar un poco la tela, puesto que le quedaba relativamente grande.

– Listo. –

Dio una vuelta en su lugar, modelando su renovado conjunto, ambos soltaron risas y rápido se dirigieron a la puerta, pero antes de que ella pudiera abrirla, él la atrajo hacia su cuerpo, robándole un beso, uno que ella correspondió de inmediato.

Te amo, Seb. –

– Y yo te amo a ti, pequeña. –

Afuera se encontraban varias personas relacionadas al piloto, estos le indicaron que tenía que correr a cumplir con sus pendientes, a lo que él cómo pudo asintió e intento entender.

Cada uno tomó su rumbo, ella con su hermano y él a cumplir con sus obligaciones.

La joven moría de ganas por contarle todo a su padre, también a su hermano y mamá, pero había qué se lo impedía, más no lograba descifrar que era.

Quizá incertidumbre.

Tal vez miedo.

¿Inseguridad?.

Le restó importancia y llegó con su hermano, quien con una sonrisa la recibió, puso brazo sobre sus hombros y ambos se encaminaron a casa.

Mientras el aleman no podía con la emoción, quería contárselo a alguien, pero en el fondo también tenía miedo.

Pero no era el momento para tener estas dudas ¿o si?.

Quiero decir, aun están tiempo de abandonar el bote, después de todo cabe la posibilidad de que se hunda y los lleve a las profundidades.

Pero claro, solo es una posibilidad.

No una realidad.

Al menos no todavía.

Una posibilidad, ¿suena mejor?.


█║▌│█│║▌║││█║▌║▌║

ᴹʸ ᴮᴱᴸᴼⱽᴱᴰ

My little girl - Vettel!Where stories live. Discover now