0.6

3.5K 363 24
                                    


[ Una noche antes; cumpleaños 17 de Adelaide, Alemania. ]

– ¿Puedo pasar? – se escucho la juvenil voz de Mick a través de la puerta de madera.

Ella murmuró un pequeño "adelante" indicándole que pasara. Con emoción entro Mickey a tirarse en la cama de su hermana.

– Mañana cumplimos dieciocho... – se acomodo para estar más cómodo. – ¿Qué pasa, Noor? – él era el único que la llamaba así, según él, en otro idioma significaba luz y para él, eso figuraba ella en su vida: luz.

– No lo sé, Mouse. – con delicadeza acaricio su cabello recién teñido. – No siento esa alegría. –

Antes de que la pudiera interrumpir vio cómo la ahora castaña escondía su rostro entre las almohadas, él aún intentado mantener algún contacto físico.

– Papá no está bien todavía y me duele verlo así. Me mata saber que no puedo hacer nada, no pude rescatarlo. – su voz entrecortada hacía arder los ojos de Mick.

Castaña... – otro apodo al que ella respondía. – Tenemos que ser fuertes. –

Reanudó sus caricias en el sedoso cabello de su hermana, esta vez intentando calmar su llanto. El problema estaba en que a pesar de amar su hermano y ser parte primordial de en su vida, no podía sentir la tranquilidad que sentía en los brazos de Seb.

Sí bien Mick era su paz en la tempestad.

Seb era sequía y lluvia en su jardín de rosas. Dandole dolor y placer, haciéndola florecer mientras dejaba marchitar algunos pétalos.

Y por alguna razón, prefería sentir esa sensación de dolor placentero en su brazos, que encontrar silencio con las caricias curadoras de su hermano.

– Todo estará bien Adelaide. –

– Lo sé, rubio. –

Limpie las lágrimas de mi rostro y abrace a Mick, no quería que me viera así de vulnerable, sabía que él ya cargaba con peso suficiente para hundirlo y aun así se aferraba a la superficie.

Quisiera ser tan fuerte como él.

Como mi hermanito.

Junte nuestras frentes y alce el meñique, tal y como la hacíamos de pequeños, él sonrío de forma infantil e imitó mi acción.

— Jetzt und in Ewigkeit zusammen, kleiner Bruder. —

Con lágrimas acumuladas, sorbimos por la nariz, tomamos una profunda respiración y con nuestros dedos entrelazados dejamos escapar una pequeña risa.

– ¿Una carrera a la cocina? – pregunto divertido apretando mi meñique.

– Te voy a ganar. – lo empuje sobre la cama y salí corriendo, él detrás pisándome los talones riendo escandalosamente, contagiándome su alegría.









Llegamos a la cocina, me senté sobre la barra mientras esperaba a que Mick me diera algo de comer.

– ¿Qué prefieres... – saco del refrigerador dos pequeñas cajas con un moño. – Chocolate o vainilla? – puso una de las cajas a mi lado y después me extendió una cuchara.

– Cómo si la respuesta no fuera obvia, Mickey Mouse. –

Abrí la caja encontrando un lindo pastelito con bizcocho de vainilla y decoraciones frutales. Se veían muy lindos, pero lo más lindo era poder comerlo junto con mi hermano.

Empezamos una plática casual, disfrutando de la compañía del otro, discutíamos sobre si eran mejores las gomitas o los chocolates. Centrados en nosotros, olvidamos nuestro alrededor.

Olvide que el hombre con el fantaseaba estaba en la habitación de invitados.









– ¿Qué hacen despiertos todavía? – escuchamos la voz de Vettel.

– Nada, nada. – dijo Mick ocultando su sonrisa.

Yo, a comparación de él, deje escapar mi risa, recibiendo un pequeño golpe de su parte.

– Deberían ir a dormir ya, si madre se los viera me mataría. –









Después de ese encuentro en la cocina, ahora cada uno estaba en su habitación.

Yo estaba en cama mirando al techo, pensando en mil cosas distintas a la vez, mis lágrimas amenazando con salir.

No sabía que hacer.

Tenía miedo.

Así que fui directo a sus brazos.




█║▌│█│║▌║││█║▌║▌║

ᴹʸ ᴮᴱᴸᴼⱽᴱᴰ

My little girl - Vettel!Where stories live. Discover now