ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟 𝕀𝕟𝕕𝕠𝕞𝕒𝕓𝕝𝕖

••03••

Llevaron las cosas a la camioneta, pero aún no se iban, querian disfrutar esta repentina salida de la rutina. A Reich y Alemania les encantaba el café, así que fuerón a una cafeteria cercana.

-Aah, que buen café no papá?

-Si, tenía mucho tiempo sin venir a un sitio de estos.

Disfrutaron su café, pero... después se les antojó algo más... carnoso. Y no, no van a matar un animal en pleno pueblo, iban a un restaurante a pedir unas haburguesas.

Al entrar una señora junto con sus dos pequeños hijos miró a Reich desconfiada, entre cerrando los ojos y manteniendo a sus hijos alejados. Reich en su forma salvaje era un grande y poderoso tigre de Amur, así que en su forma humana se seguía viendo imponente.

Alemania tenía el lujo de espantar a muchos animales del territorio, no solo por ser un puma, si no por ser el "hijo" del Alfa dueño del territorio.

Una mesera del lugar se acercó, y con una sonrisa preguntó amablemente;

-Muy buenas tardes, que desean?

-Buenas tardes, quisiera pedir un refresco, una hamburguesa y unas papas fritas, porfavor.

-Perfecto, que hay de ti jóven?

-Un batido de fresa, una haburguesa y unos nugets de pollo.

-En seguída!

La mesera fué rapidamente a la parte interna del restauránte, a Reich y Alemania ya les estaba dando apetito de carne, pero por suerte sabían comportarse perfectamente ante los humamos.

-Oye Alemania, después de comer le echaré un vistaso a los cazadores, hay que estar preparados.

-Oye papá, con respecto a eso queria pregunt-

-Deben estar por estas semanas, y a que se refería con estar preparados? -Interrumpió la mesera ya con la comida en la bandeja. Interrumpió cuan vecina chismosa del barrio.

-....Tenemos varios conejos y aves en nuestra casa, no queremos que le pase nada a ninguno. -Dijo el alemán mayor con una sonrisa, y sus sejas en alto con simplesa.

-Ya veo, disfruten su comida. -Dijo la mesera mientras se retiraba, al parecer lijeramente disgustada.

Por el pueblo ya se rumoraba sobre cambiaformas, y quien capturase uno también capturaría una gran recompenza. ¿Y a quién no le gustaría unos buenos billetes verdes?

-....Maravillosa jugada padre!

-Nadie puede ganarle a este viejo tigre.

-Claro, claro... -Con un tono burlón y sarcástico, el puma replicó.

-Me gustabas más cuando solo eras un pequeño cachorro para nada rebelde. Cuando te ví pensé que solo serías un gato mascota. -Espetó el mayor, mirandole con serenidad.

-Claro, clar- Espera que!? No soy una mascota!

-Claro, claro... -Dijo devolviendole el chiste del sarcásmo.

-....Por que siempre ganas?

-Ya te lo dije, nadie le gana a este viejo tigre.