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Al llegar al campamento todos se instalaron, y todos al ver a Reich y Alemania con semejante pierna de vaca se quedaron paralizados. Urss tenía un plan con las cosas que compró, y la desafortunada victima sería... Reich. Si, Reich, el pobre tigre de Amur que no había captado ni una sola de las indirectas de Urss.

Urss planeaba hacer esto en la noche, pero al ver a su tierno, suave, esponjoso tigre de Amur tuvo que... modificar un poco el plan.

-Hey Reich! Ven aquí!

-Hola Urss! ¿Qué nesecitas?

-Nesecito que vengas conmigo. -Dijo jalando del brazo al menor y llevandolo a lo más profundo del bosque, al mismo tiempo tomando su forma salvaje para así estar igual que Reich.

-¿Oye que haces?

-¿No es obvio?

-Ehh... ¿Pistas?

-Te... te voy a dejar enterito llenito de mi leche-

-¿Tu leche?

-Te voy a hacer gritar...

-¿Gritar?

-Y... llorar...

-¿Llorar?

-...¿Alguna idea?

-Ehh... No...

-....Que hermosa inocencia~

-¿Eh?

-Te salvaste por eso.

-....

Volvieron al campamento con un Reich algo confundido, ¿Qué le había tratado de decir URSS? Bueno, lo del caso fué que al volver había un revuelo total en el campamento. ¿Por qué? De la nada había aparecido otro cambiaformas. Un línce.

-¡Tíbu! -Gritó el línce, de inmediato todos supieron que se refería a Reich.

-Oh! Uhm... Conozco mucha gente, jeje... -Rió nervioso el tigre, pasando su mano por detrás de su cabeza, bajo la mirada seria del Alfa, algo enojado por como le había llamado el lince.

No quería que nadie le pusiera apodos a Reich, solamente si era su hijo y si acaso sus más intimos amigos. No quería que nadie lo amara más que él, por eso debía mantenerse firme y rudo, para alejar a las posibles amenazas que alejen a Reich de su presencia. Quería ser el único que podría ponerle apodos. Acáso... ¿Celos? ¡URSS celoso, últimas noticias!

-Qué no te acuerdas de mi? ¡Soy yo, Alfred!

-¿¡Alfred!? ¡¡Alfred!! -Se unieron en un fraterno abrazo, fué un amigo de la infancia muy íntimo suyo.

-A ver a ver, ¿Se conocen? -Interrumpió serio el caucásico.

-¡Si, es Alfred, lo conozco de toda la vida!

-¡Y como Reichy no me va a conocer!

La sangre del soviético hirvió en ese momento, solo quería agarrar a ese lince por el cuello y ahorcarlo. Repudiaba ver como agarraba a Reich de los hombros y removía el pelaje rayado en su cabeza. A lo mejor y también le tenía envidia, quería ser igual de cercano con Reich como lo era él.

-¡Vaya, entonces tengo como un tio! -Dijo emocionado Alemania.

-¡¡No me contaste que ya tenias hijo!! ¡VÉNGASE UN ABRAZO SOBRINITO- Uy- vaya- eres grande, jeje! -Dijo el lince en cuanto trató de abrazar al alemán menor.

La familia soviética observaba todo, y URSS observaba todo con rabia. Sus hijos sabían claramente lo que estaba pasando, y también sabían que su padre no era precisamente un gigánte gentíl cuando estaba furioso, y ahora; Ahora estaba muy furioso.

-Padre, si no te avispas, te lo va a quitar. -Aconsejó Rusia.

-....¿Planeas quedarte, Alfred? -Dijo el soviético con la sonrisa más fingida que pudo haber hecho nunca.

-Ehh no de hecho... Ya... Debo irme ya, no quiero estorbar, jeje...

-No Alfred espera-

-No jeje, de hecho, estoy algo atareado... -Interrumpió el lince al tigre, bajando su mirada.

-No hay problema, Alfy, será la próxima! -¿Alfy? ¿¡ALFY!? El soviético se queria pegar un tiro de su escopeta.

-¡Hasta luego compa, hasta luego postesote! -"Postesote" ¿Quién se cree para llamarlo así? Ni siquiera se conocían!

El lince se retiró, mientras que el soviético miraba con seriedad al menor, el cuál no entendía ni medio de qué le pasaba al de ushanka. URSS solamente quería darle a ese lince un buen disparo de su Katyusha.

En cuanto Reich se descuidó el soviético le abrazó con fuerza por la espalda, era un abrazo posesivo, que no quería compartirlo con nadie. El menor, soltando un quejido, intentó removerse con decisión, pero el soviético únicamente se quedó firme apretándolo nuevamente. Claro, sin lastimarlo por que le ganaba en fuerza y tamaño.

-A-agh... ¡O-oye que te-... p-pasa! -Comentó el menor un poco asfixiado por el imponente agarre.

-No te acerques más a ningún otro animal. -Ordenó el soviético en un susurro.

-Tú... T-tú no me das órdenes! -En un fuerte movimiento, logró safarse del agarre del oso.

El Alfa de la manada, le miró serio, y con una seña ordenó a los menores que se retirasen. Gruñó al ver que Alemania ni se inmutó, el tenía un solo Alfa al cuál obedecer, y ese era su padre. El mencionado no contrarió la órden de URSS, y también le pidió a su hijo que se retirase junto a los soviéticos.

ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟 𝕀𝕟𝕕𝕠𝕞𝕒𝕓𝕝𝕖Where stories live. Discover now