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Reich ya se encontraba volviendo, iba llegando al pueblo cuando vió el televisor, incluyendo las noticias. Alemania ya tenía ganado su buen regaño. Había pasado por mucho peligro, ¿Qué tal si lo atrapaban? Peor aún, ¿que descubrieran que es un cambiafromas? Según Alemania nadie lo había visto...según.

Reich caminó y caminó hasta ver a Alemania, este al ver a su padre se encogió de hombros y suspiró lijeramente, sabía claramente que era lo que le esperaba. Y se lo merecía, ¿Por qué no simplemente podía haber seguido de largo, y dejar en paz a ese conejo?

-Alemania! Por qué hicistes eso!? Te dije claramente que te controlaras!! -Con la misma furia de un tigre, Reich hizo presencia con el ceño fruncido a rebentar.

-Lo sé papá yo-

-Nada! Considerate castigado! A casa!

-Mierda... -Susurró para sí mismo.

Subieron a la camioneta, Reich con el seño fruncido y Alemania con la mirada baja. Subiendo la montaña el silencio era muy incómodo, así que Alemania lo rompió con cautela.

-Padre... Como te fué con los cazadores?

-....Espezarán la caza formal en apróximadamente dos semanas, pero ya se están instalando...

-Ya veo...

-Alemania, no es por que esté molesto contigo, ni nada de eso, solamente no quiero que salgas hasta que la temporada de caza acabe, ¿Comprendes?

-....

Alemania pensó en dos humanos que había conocído en el pueblo, y quería volver a verlos. Sin embargo, quería obedecer a su padre, pero la tentación lo mataba.

Los había conocido en la libreria, al parecer a uno le encantaba leer y al otro... El otro parecía estar allí obligado por el otro, se notaba en su expresión aburrida. Correspondían a los nombres de Italia y Japón.

Al llegar a casa inspeccionaron el territorio y lo marcaron para luego entrar a la cabaña y descanzar un poco. El dia habia sido agotador, y lo único que querían era echarse en sus camas y dormir 16 horas cuan felinos lo harían.

Alemania se dirigió a su cuarto, se acostó en su cama y comenzó a pensar en aquellos dos humanos. Especialmente en Japón, le pareció un chico bastante dulce y tierno, se veía que era un jóven de familia con buenos sentimientos.

Se le ocurrió una idea fantástica, ir a verlos mañana. Solamente no tenía que despertar a su padre, dormir bien y emprender el viaje temprano, más aún si era a pie, así que sin perder más tiempo, cerró sus ojos y quedó rendido en Brazos de Morfeo.

Al dia siguiente no olfateó el aroma a desayuno, pensó que su padre talvéz seguía durmiendo... decidió ir al pueblo humano sin esperarse más, pero antes tomó su forma salvaje para ir facilmente.

Iba veloz y eficazmente, sus patas no tenían problema alguno en desplazarse facilmente por el rudo terreno. Se sentía suelto y libre. Cuan pájaro libre que no tenía dueño, uno que podía romper las reglas. Básicamente, cuando tus padres te dejan salir solo por primera vez.

Al llegar al pueblo humano tomó su forma humana, y fué a buscar a Italia y Japón, los dos humanos que había conocido.

-Hola Alemania! -Exclamaron juntos Italia y Japón.

-Hola chicos! Quieren ir a por un café?

-Claro!

-Sería un gusto!

Al llegar al café iniciaron una conversación, Japón haciendole preguntas algo personales a Alemania.

-Y bien Alemania, ¿vives en el bosque, no?

-Si.

-Debe ser genial vivir rodeado de tanta naturaleza.

-Si, lo es.

-Y no te da miedo que te ataque un animal salvaje?

-No, no debes tenerles miedo.

-Y si es un oso hambriento?

-No lo sé, nunca he visto uno.

-Claro.

-Oh no... ya debo irme... adiós!

-Adiós... supongo...

Al volver a casa, notó que no había nadie en casa. También escuchó un par de disparos. Aplanó sus orejas, en ese momento solo deseaba que esa bala no haya sido para su padre.

Salió de la casa en busca de Reich, pero no persivia una pisca de su aroma. No había huellas, ni marcas de sus garras. Escuchó más disparos, estaba muy asustado y aterrado.

Vió una cabaña, y decidió entrar con cautela. Quería verificar que su padre estaba bien, y que esos disparos no eran para el. Al entrar al lugar quedó petrificado.

El cuerpo de su padre, ensangrentado e inmóvil.

ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟 𝕀𝕟𝕕𝕠𝕞𝕒𝕓𝕝𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora