ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟 𝕀𝕟𝕕𝕠𝕞𝕒𝕓𝕝𝕖

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Rusia junto a su hermanos llevaron a Alemania al sótano, no le iban a hacer nada, solamente le iban a regañar y conversar un poco con el sobre por que intento escapar.

—Alemania! ¿¡Por qué hicistes eso!? —Exclamó enojado Rusia.

—Me siento como un pájaro encerrado! Quiero ser libre!

—Ya deja eso atrás Alemania!

—¿¡A qué te refieres con dejarlo atrás!?

—Disculpenme que interrumpa, pero... ¿Qué creen que le esté haciendo papá al tigre? —Dijo el finlandés.

—Hmm... no he escuchado gritos... —Respondió la bielorrusa.

—¿¡Gritos!? —Interrumpió incrédulo el puma.

-—Si, normalmente los hace gritar de dolor. —Dijo el ruso mayor.

—¿¡Dolor!?

—Ya Rusia! No empeores esto... -–Dijo la bielorrusa.

—Escuchen! Que tal si me dejan salir un segundo a respirar!? No intentaré nada!

—....Está bien, pero si intentas algo te las entenderás conmigo. —Dijo el ruso mayor intentando intimidar al puma, intento fallido.

Al dejar salir a Alemania todos se quedaron muy sorprendidos, no intentó escapar! De todos modos, ¿Qué caso tenía?, tampoco quería dejar a su padre a merced de unos osos.

—Oye Ale, ¿quieres comer algo? -—Preguntó Rusia.

—Si, no me vendría mal.

—¿Qué se te antoja?

—Algo bien carnoso y jugoso.

—....¿Algo en especifico?

—Me comería un alce entero!

—....

—Pero me podría conformar con un ciervo!

—Jeje... se nos acabaron los ciervos... —Rió el ruso, Reich había criado a Alemania como un auténtico tigre.

—¿Qué tal un conejo?

—....Ale, sobre eso-

—Un pájaro!

En ese momento a Finlandia le bajó la presión, se iba desmayando por un simple comentario de parte de Alemenia, él había sido criado comiendo mucha carne, por lo que se podría considerar un verdadero carníboro.

—¡Alemania, nada de animales!

—¿Qué quieres decir con eso?

—Vamos a tratar de dejar las carnes a un lado por un momento, ¿si?

—¿Qué tiene de malo? Me comería cualquier cosa viva justo ahora...

—....Ale.

—¿Si?

—¿Te puedo pedir un favor?

—Claro.

—Mantente alejado de las mascotas.