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Alemania no podía sentir la respiración ni los latidos del contrario, sin importarle la sangre abrazó el cuerpo de su padre y comenzó a llorar. Sentía dolor, miedo. No se arrepentía más de algo que de haber salido de su casa ese dia...

-L-lo siento padre... l-lo siento t-tanto... no h-haber estado hay para t-ti...

Un rugído de una osa captó su atención, se puso a la defenciva y vió como unos humanos se le acercaban armados. Dos de ellos eran particularmente altos, por lo tanto muy fuertes. Su nivel de adrenalina aumentó, ¿Ahora seguía el?

Vió como la osa se transfromaba en una mujer peliroja, con mechones blancos y verdes. Acáso era... ¿Una cambiaformas? Alemania tuvo que dejar de un lado el cuerpo de su padre para retroceder, siseaba y gruñia en advertencia.

Uno de los humanos le intentó agarrar del cuello, pero se llevó tremendo rasguño. Alemania siseó y bufó para intentar mantenerlos a raya, algo ciertamente imposible.

-Ey... Tranquilo, no te vamos a lastimar... -Dijo la mujer peliroja.

-Se está resistiendo bastante, hasta me rasguño el cachorro.

-Ya Rusia, no tenemos tiempo para esto.

-Vaya, dos felinos en un dia. -La voz más gruesa de todas hizo presencia, serena en todo momento. Una dominante, que todo felino sentiría la nesecidad de rodar sobre su espalda y exponer su vientre.

-Increible, ¿No padre? -Le siguió el ruso menor.

-Ciertamente.

Los humanos notaron como el puma miraba preocupadamente el cuerpo del tigre, así que la bielorrusa interrumpió los pensamientos del puma diciendole;

-¿Te preocupas por él?

El puma asintió con la cabeza. Escuchaba los murmullos de los humanos preguntandose de que podrian estar hablando. Rusia tomó del cuello a Alemania desprevenido, y lo inmovilizó.

Alemania logró safarse, huyó y trepó un árbol. Este no aguanto su peso, y cayó al suelo huyendo. Sintió algo punzando su piel, un dardo. No uno durmiente, si no uno tranquilizante.

-Shhh, tranquilo... -Comentó un jóven finlandés mientras se acercaba.

Vió como el más alto de todo el grupo se acercaba y dijo;

-Hay que llevarlos a la cabaña.

Entre todos los jóvenes intentaron cargar a Reich, el tigre. Pero no podían con él. A lo que su padre respondió;

--Cargen al puma, yo me encargo del tigre. -Dijo con una voz gruesa y amenazante.

Entre todos cargaron al puma, y el mayor, ahora identificado como "URSS" cargó a Reich como si nada. Lo cargó como si de un pequeño gatito se tratase. Alemania nunca había visto a su padre tan vulnerable e indefenso nunca en su vida.

ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟 𝕀𝕟𝕕𝕠𝕞𝕒𝕓𝕝𝕖Where stories live. Discover now